Esto de los pigs en peligro empieza a ser como Diez negritos, la famosa novela de Agatha Christie, en la que las víctimas van cayendo de acuerdo con las instrucciones de una vieja nana. Una a una. Ya saben lo que significa pigs: se trata de un acrónimo peyorativo a partir de letras iniciales que los países del sur de la Unión Europea, con mayores problemas en déficit y balanza de pagos, recibieron del mundo anglosajón y en el que Irlanda sustituye a Italia después de la crisis de 2008. P de Portugal, I de Ireland, G de Greece y S de Spain.

Sólo hay que reemplazar los negritos por los cerditos y la decena por el cuarteto. Cuatro cerditos fueron al mar, un arenque rojo se tragó a uno y quedaron tres. Tres cerditos pasearon por el zoo y a uno de ellos lo tragó un oso; quedaron dos. Otro se sentó al sol y se tostó. El último, por fin, se ahorcó, y no quedó ninguno.

Lo de Grecia lo conocen. Al tigre celta, apelativo que obtuvo Irlanda por el rápido crecimiento de su economía a finales de los años noventa y principios de este siglo, se lo ha engullido el oso y tendrá que ser rescatado. Portugal, nuestro vecino, víctima del contagio o del efecto dominó, también lo será a la vez, según los temores más extendidos en la UE. Entonces ya sólo quedará España, que confiamos en que no tome la determinación de ahorcarse como el negrito solitario de la novela, soportando la pesada carga de las autonomías que la impiden avanzar por culpa del clientelismo político. Para evitarlo hay que acometer los ajustes que exige Bruselas, pero la reducción del déficit sigue pendiente.

Si no se avanza en las reformas es porque no está claro que haya que avanzar en la dirección que el Gobierno marca. Por ejemplo, el ahorro por congelar las pensiones, uno de los recortes que separan a socialistas y oposición, es la mitad del que se podría obtener suprimiendo las subvenciones de las televisiones públicas, RTVE y las autonómicas, un auténtico saco sin fondo para el erario. ¿Es justo pedir sacrificio a los pensionistas y exprimir la Seguridad Social manteniendo, a la vez, gastos tan superfluos? Pues no, la verdad es que no.