Los políticos gallegos, pegados durante el verano al pulpo y a la empanada, han entrado de repente en un tour de force ante el anuncio de las elecciones autonómicas. El PP inició su campaña en Sotomayor, cuna de excelentes cocineros, y como tal, pueblo imaginativo y asociado al terruño. Sus gentes tienen la privilegiada cualidad de saber comer. Cunqueiro decía que con la reflexión es como deben elegirse los alimentos y con la imaginación, degustarlos. Reflexión e imaginación necesitará Núñez Feijóo en buenas dosis para mantener su actual y exigua mayoría. Tendrá frente a él a un conglomerado opositor, circunstancia que desmiente la máxima aristótelica de que el hombre es un "animal político". Aquí, en Galicia, es de otra forma. Abunda más el vegetal político, personaje que tiene versatilidad tanto para integrarse en un vitamínico panaché como en una dulce macedonia de frutas. Su afán es articular una variopinta fuerza política que le otorgue opciones para alcanzar el poder. Si sus deseos se cumplieran en las próximas elecciones, Galicia volvería a la demagogia populista que tan negativos dividendos le proporcionó tanto con el bipartito como con el tripartito. El problema de los gobiernos de concentración es que los cuzcos lambiscones no saben concordar el poder con la realidad. Ya se atisban movimientos telúricos. La CIG propone a UGT y CCOO una huelga general el próximo 26. Falta el pretexto, o sea, el lema. Cuantos menos votos, más ruido y más pancartas. Pachi Vázquez, líder del PSdeG, promete endurecer su discurso y anuncia 15.000 puestos de trabajo para los jóvenes. Sigue en el desconcierto, incluso con referencia a su propio partido. Desde la cuenca minera leonesa llegaron las eutrapélicas amenazas de Alfonso Guerra: "Hay que sacar a este gobierno de la Moncloa". Sus palabras concuerdan con lo escrito por el ferrolano Paulino de la Iglesia Pose Pablo Iglesias: "La democracia es incompatible con el socialismo". La desorientación política actual está facilitando el acceso de la insignificancia.

Otrosidigo

Ryanair sigue dando noticias. Despresurización de la cabina en el vuelo Valencia-Santiago. En el de Londres, una vez tomó tierra, el piloto solicitó los servicios mecánicos. El retraso de salida fue de varias horas. El Mundo denuncia el incumplimiento de la compañía al rechazar el embarque sin DNI de menores de 14 años. Ha sido condenada recientemente, pero se niega a admitirlos con el libro de familia, conforme estipula la ley. La Xunta, que subvenciona tan largamente a esta arriesgada empresa, mantiene un silencio conmovedor.