Sería un fantástico experimento político repartir las carteras ministeriales entre los líderes de las distintas actividades humanas. El ministerio de la vivienda para la señora Colau, lideresa de los movimientos antidesahucios; para el presidente canario la cartera de industria y medio ambiente por su rechazo a las prospecciones de la petrolera; a Pablo Iglesias la de economía para ver cómo construye su paraíso y quizás también la de defensa y asuntos exteriores para construir lo mismo; a Artur Mas, obviamente, nadie le discutiría la de administraciones y autonomías para que pusiera en práctica el derecho a decidir en todas partes; para Toxo y Méndez el Ministerio de Trabajo con la esperanza de acabar con el desempleo y de subir los sueldos; el de cultura a cualquiera de nuestros directores de cine y en obras públicas algún experimentado político valenciano curtido en inversiones millonarias junto al ilustre Camps. Rafael Hernando y Floriano, medios atacantes del PP podrían entrar como portavoces del gobierno, para clarificar asuntos complejos y delicados. Algo de eso es lo que resultaría de aplicar esa máxima, hacer lo que la gente pide, que triunfa en la gran tertulia nacional que iguala todas las voces, que confunde las ocurrencias con las propuestas viables y los sondeos de cada domingo con los votos en las urnas. Dejemos el experimento fantástico para las tertulias y confiemos en la sensatez de la mayoría ciudadana.

Comienza el año electoral más denso de los últimos por la gracia del señor Mas empeñado ahora en otro experimento inédito, eso son las elecciones plebiscitarias. Por cierto quienes piden movimientos y ofertas a Rajoy, razonables bastantes de ellos, para tranquilizar y esperanzar a los catalanes que rechazan las inquietantes intenciones de Mas, deberían sopesar si es oportuno hacerlos mientras preside la Generalitat un independentista que los retorcería y malinterpretaría todos. En todo caso sobre lo de Cataluña se impone esperar al TSJC y a las municipales. Lo de Podemos sigue sin madurar. Hace unos días en LA OPINIÓN hablaban los dirigentes en Galicia y me parecieron simples portavoces del descontento y faltos de un mínimo de experiencia política, de la política real digo. En todo caso si hace estragos entre los competidores será en IU y puede que en el PSOE. En compensación puede acercar al PP a votantes moderados hasta ayer en otros sitios. Ciudadanos parece el partido emergente más inquietante para el PP ahora que comparece en toda España. Sin embargo no creo que fuera de Cataluña, donde la torpeza del PP es secular, las cosas le resulten fáciles como no le han resultado a UPyD. Tampoco VOX es una amenaza para el PP. Lo son, en cambio, los tiempos de tribunales que esperan a los populares. Bien merecido lo tienen porque no pasa un día sin que se sumen las imputaciones a sus dirigentes. Las peticiones del fiscal que conocimos ayer son un suma y sigue de escándalos. No son los únicos, claro, porque anteayer conocimos la petición de procesamiento a Pachi Vázquez por algunas contrataciones de su etapa de alcalde en Carballiño. Veremos si el electorado tiene en cuenta las golferías o como a la exalcaldesa de Alicante le alfombran de pétalos la entrada a los juzgados para declarar como imputada. ¡Hay gente pa too! Lo dicho, calma y confianza en la sufrida ciudadanía que hasta ahora resolvió siempre las citas electorales con los pies en el suelo.