El ayuntamiento de La Coruña se propone adecentar y definir las instalaciones municipales del mirador del monte de San Pedro de Visma, cuyo importe nos parece modesto: 3.592,86 euros. Además de la inversión señalada, lo urgente y primordial es dotar al viejo fuerte de vías de acceso terrestre modernas, que faciliten la concurrencia en aluvión de visitantes durante el verano, prueba evidente de la subordinación de nuestra ciudad a los misterios y la fuerza del mar. San Pedro de Visma, altozano, que semeja la proa de un barco fondeado en tierra firme, fue hasta hace poco la aldea olvidada dentro de la urbe, sumida en la caquexia de lo anacrónico. En la actualidad, con su restaurante-atalaya, renueva la panorámica sobre la ensenada del Orzán-Riazor y maquilla la estética del promontorio sobre el mar. La perspectiva nocturna, que se ofrece desde San Pedro de Visma, es luminosa como una gigantesca luciérnaga. Cara el mar, en torno al mar que le abraza, La Coruña nos brinda una de las líneas más hermosas que trazó la naturaleza.

Otrosidigo

El ferrocarril a punta Langosteira, "olvidado" por la titular de Fomento, tras haberse adjudicado el proyecto de construcción, queda ahora a expensas de la Declaración de Impacto Ambiental, "comodín" tantas veces utilizado para justificar cualquier mejora en el aeropuerto de Alvedro. Y si Alvedro vuelve a ser noticia, es por el plan municipal de incrementar las escalas nacionales e internacionales, como demandan la representación laboral de AENA y la Cámara de Comercio coruñesa, en cuyo perímetro, el mayor potencial empresarial de Galicia, exige sacar rédito a la proximidad del aeropuerto coruñés y evitar el trastorno de tiempo y economía que otras "servidumbres" caprichosamente nos imponen.