El teatro es vida alucinada e intensa.

No es el mundo, ni manifestación a la luz del sol,

ni comunicación a voces de la realidad práctica.

Es una ceremonia ilegal,

un crimen gustoso e impune.

Francisco Nieva

Quizá Nieva estaba mostrándonos la oposición entre la vida real y el surrealismo teatral, el que nos hace comprender, abrir los ojos; sin duda ambas conviven y cada vez lo constatamos con mayor claridad, sobre todo estos últimos días en los que los acontecimientos reales se nos agolparon en la retina y la memoria al tiempo que su contrapunto inverosímil sale a la luz.

Por ejemplo, a los 91 años ha muerto Francisco Nieva, figura del teatro español contemporáneo, mínimamente conocido; lógicamente nuestro primer ministro hubo de recitar unas palabras recordando su "legado cultural, que es un orgullo para todos los españoles" que, en resumen, no vienen a decir más que "se ha muerto un gran español y mucho español"; no puedo asegurar que antes no hubiese preguntado si Nieva -que no le sonaba mucho- habría jugado con Puskás o Di Stéfano. Supongo que en el Marca no se ha publicado obituario ni esquela, tendrán que ponerse las pilas los editores.

También nos ha dejado el poeta Leonard Cohen, con él parece que la caverna se ha moderado un poco y no lo maltrata tanto como a Bob Dylan, asimilado a cantante de verbena. De todas formas hubo que escuchar los lamentos del panegírico pronunciado por el ministro de cultura, Méndez de Vigo, acompañado en rueda de prensa por la ministra de agricultura, Isabel Tejerina, en la que -refiriéndose al finado y su obra- dijo que con sus canciones "han bailado muchas generaciones de españoles ¿verdad, Isabel?" como si estuviese hablando del Combo Dominicano que ameniza con bachatas las fiestas veraniegas por estas tierras. No sé dónde redactan el concurso de méritos para buscar a estos ejemplares, pero hay que revisar los criterios del baremo. Quizá los sufridores de las reválidas tengan que repasar más la historia del boxeo puesto que el ministro del ramo derrochó erudición y glosó copiosamente la memoria de un púgil fallecido, pese a un lapsus linguae con el apellido, demostrando gran afición, pericia y memoria.

Acudiendo a la resignación de costumbre tendremos que concluir que es el baremo que nos corresponde, que no estamos suficientemente civilizados y seguimos instalados en la barbarie. Quizá los nuevos gobernantes en USA, tengan que venir a echar las nasas por aquí para captar mandos intermedios a su nivel después de las reñidas elecciones, tenemos tan buenos criaderos de barbarie como los suyos, los de ese país con tan poca historia cuya mayoría electoral efectiva sigue instalada en el belicismo de la conquista del Oeste, Corea, Vietnam? siempre con un hombre al frente, aunque sea negro, pero que nunca tendrá una mujer que pueda ser comandante en jefe.