La Historia debe ser escrita con solvencia y rigor, aconsejan los investigadores profesionales. "El problema de la Historia está en quienes la cuentan" (Espido Freire). Cuando la historia se elabora con prejuicios ideológicos, suele devenir en novela o, dicho en términos "políticamente correctos", en memoria histórica inducida, calificada por Stanley Payne como "un invento político arqueológico, semisoviético". Y si de memoria pasamos al olvido deliberado, llama la atención la andancia amnésica de los profetas de lo obvio, de los centinelas de la galleguidad ante la omisión de evocar a Valle-Inclán, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. Según leemos, no se considera a don Ramón un escritor gallego "porque su obra está en español". Valle-Inclán ha sido uno de los dramaturgos más eminentes de todas las épocas, uno de los escritores más comprometidos con España y, singularmente, con Galicia dando la espalda a la configuración histórica e idealista impuesta por un fuerte núcleo rector. Siempre buscó, en las viejas estructuras de nuestra tierra, el arraigo de nuevas revoluciones y afirmaba que "la redención de los humildes hemos de hacerla los que nacimos con ímpetu de señores cuando se haga la luz en nuestras conciencias". Pese a sus críticas a la religión oficial y a la liturgia teatralizada no dudó en proclamar: "Dios nuestro Señor nos dará el cielo, en recompensa a todos los que aquí pasamos trabajo". Era como la jaculatoria de su vida de pobre disfrazado de altivez; altivez bien distinta a la que evidencian "normalizadores" y "dinamizadores" del vernáculo, desconociendo que las lenguas que más prosperan son las que evolucionan en libertad, libertad que eluden cuando critican el bilingüismo light que nos vende Núñez Feijóo. Al parecer a los vigías de la galleguidad "no es lo mismo vivir en Sangenjo que hacerlo en Sanxenxo y distinto el paisaje que se ve", escribió con fina ironía Alfredo Conde.

Otrosidigo

En los ayuntamientos del "cambio", se ha eliminado el español en su comunicación oficial. Ponemos a su consideración un cartel informativo de Santiago de Compostela, aparecido el 15-12-16: "Desenvolverase un proxecto experimental de mediación cultural: común e instituientes espazos creativos, cidadáns, con obxectivo de achegar unha plataforma de escoita, coidados e colaboracións para a construcción do mesmo". He aquí una muestra de la martingala de los eruditos de la galleguización, que proliferan en el lenguaje municipal y espeso, dicho esto con propiedad.