Más de mil personas de toda Galicia participaron el sábado pasado en el encuentro organizado por la Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Galicia para celebrar el Día de la Salud Mental. El presidente de la Asociación Pro Enfermos Mentales de A Coruña, José Luís Muruzábal, considera que estos actos ayudan a la sociedad a ver que las personas con enfermedades mentales "son normales y merecen ser visibles".

-¿Con qué barreras se encuentran las personas con algún tipo de enfermedad mental?

-La salud mental tiene el problema de ser invisible en la sociedad actual. Es necesario que la gente se conciencie de que las personas con enfermedades mentales son normales, hombres y mujeres corrientes que necesitan determinados tratamientos. Hemos de ser conscientes de que existe un problema muy serio que afecta a miles de personas que viven en una situación de desigualdad mayor a la de cualquier otro colectivo. Hay que acabar con el estereotipo del loco y del marginado social, porque estas personas tienen las mismas ilusiones, los mismos planes y la misma necesidad de respeto y apoyo que el resto del mundo. No es malo recordarle a alguien que debe tomar su tratamiento o acudir al médico si vemos que lo necesita.

-El diagnóstico precoz es de gran ayuda en la mayor parte de las enfermedades ¿Sucede lo mismo en el ámbito psíquico?

-La detección temprana es clave, porque se puede incidir mucho mejor sobre el tipo de patología que padece cada persona. Hay que tener en cuenta que las enfermedades mentales no duelen, que una persona que pasa por un momento eufórico puede en realidad estar delirando, o que quien sufre una depresión puede sentirse tan bajo de moral como para no tener ganas ni de acudir al médico. Por ello cobra una gran importancia el papel de las personas del entorno del enfermo, que deben darse cuenta de lo que está pasando.

-¿Qué tipo de terapias o de apoyo reciben estas familias?

-El hecho de que una persona con una enfermedad mental vaya a un centro de recuperación psicosocial y laboral implica que ya tiene que levantarse, lavarse, coger el autobús, relacionarse... y que su familia se libere de cierto peso durante esas horas. Además, hay reuniones con las familias para intercambiar experiencias, algo así como grupos de autoayuda y de formación, para evitar que los propios cuidadores terminen padeciendo algún tipo de enfermedad mental.

-¿Ha supuesto un avance la ley de dependencia?

-La ley de dependencia, como idea, está muy bien, pero se trata de que se cumpla. Está muy bien que los derechos de los dependientes queden reflejados en una normativa legal, pero ahora hay problemas de financiación, de desarrollo... Yendo a nuestro campo, hay que decir que la enfermedad mental no se introdujo en el sistema hasta el último momento. Los baremos que se utilizan son mecanicistas y no están debidamente perfilados para este tipo de personas, ya que aunque no tengan problemas para moverse, sí tienen otras muchas necesidades, como ser atendidas cuando padecen una crisis.

-Al margen de lo legal ¿Hay recursos sanitarios suficientes para estos pacientes?

-En el área sanitaria existen unidades de salud mental, una unidad de hospitalización para enfermos que sufran crisis agudas, el hospital de día y el equipo de cuidados, que se encarga del seguimiento del enfermo. Lo que falta para lograr un área con los recursos iniciales adecuados, es una unidad de media estancia en la que una persona que ya no necesita estar ingresada en el hospital para agudos pero sí una rehabilitación hospitalaria durante un tiempo de cara a su posterior integración. Pero hay que ser consciente de que la salud mental es un camino largo, y la clave es que se avance y se incrementen los recursos sanitarios y sociales.

-Hace un año se inició el proyecto de creación de un nuevo centro de día en A Coruña...

-Se trata de un centro con quince plazas para personas jóvenes -entre los 18 y los 30 años- que precisan terapia y apoyo social en el proceso inicial de la enfermedad. El proyecto, que ya estaba presupuestado para el año 2009, se ha visto retrasado por el cambio de Gobierno en la Xunta, pero esperamos ponerlo en marcha dentro de este mismo año.

-En muchas ocasiones se asocia a las enfermedades mentales con la vejez...

-Sí, y es un grave error si se tiene en cuenta que las enfermedades mentales clásicas, como la esquizofrenia o la bipolaridad aparecen a edades tempranas, entre los 18 y los 35 años. Luego hay otras enfermedades que tienen mayor prevalencia a edades avanzadas, como el alzheimer, la demencia... pero, en definitiva, los problemas psíquicos no pueden etiquetarse con una edad concreta.