Se mueve en el cielo, su color es verdoso y su naturaleza, desconocida. No obstante, desde que fue avistado el pasado lunes a las ocho de la mañana se ha convertido en una incógnita para los miembros del Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidade de Santiago de Compostela que han solicitado ayuda a los ciudadanos para documentar un objeto estelar no identificado.

"Dado que los testigos de los observadores son de gran interés para el estudio del fenómeno, se ruega que todo aquel que lo haya avistado se ponga en contacto con el centro compostelano a través del correo electrónico (joseangel.docobo@usc.es) o llamando al 981 592747 de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00", reza el anuncio facilitado por el Observatorio.

A priori, los investigadores sólo tienen clara una cosa: se trata de un bólido. "Las estelas luminosas cuando entran en la atmósfera a muy alta velocidad, friccionan con la atmósfera y se desintegran", explica Pedro Pablo Campo, integrante del Observatorio Ramón María Aller.

"Si el fragmento es pequeño –continúa– se llama estrella fugaz. Si el fragmento es más grande y dura más en el tiempo lleva el nombre de bólido".

En esta ocasión, los testigos que dieron la alarma sobre el cuerpo indicaron que era verdoso y que en la zona de Compostela se veía en dirección sur, sin descartar que haya podido ser visionado también desde el resto de la comunidad o incluso desde otras autonomías.

Observatorios españoles se encuentran ya avisados para un posible traspaso de información, al formar parte junto al María Aller de la Rede Española de Bólidos e Meteoritos.

Los astrónomos desean recibir información de gente que lo haya visto para definir su trayectoria. "Con sus testimonios podremos hacer una triangulación –aproximación– de su trayectoria real", explica Campo, quien detalla la utilidad de estos datos.

"Los bólidos más brillantes pueden no desintegrarse complementamente de manera que algunos restos que queden sean meteoritos. Conociendo la trayectoria, sabemos dónde buscar para encontrar el cuerpo", señala.

De momento, no hay ninguna hipótesis fijada barajando que este bólido sea parte de un asteroide, un cometa o incluso basura espacial vencida por la gravedad y con querencia por la vieja Tierra.

Si bien las estrellas fugaces cruzan los cielos nocturnos todos los días aunque la iluminación de las ciudades o nuestra suerte no nos deje contemplarlas, no abundan así los bólidos brillantes. "Hemos captado anteriormente varios bólidos, incluso este mismo año pero no hemos conseguido testigos", explica Pedro Pablo Campo quien reconoce que en esta ocasión tampoco disponen de fotografías para ilustrar el avistamiento.

Preguntado por la posibilidad de que testigos falsos se sumen al carro e ideen entelequias como el supuesto meteorito caído en Letonia (y que aparentemente había dejado un cráter enorme que después resultó ser falso así como parte de una campaña publicitaria), Campo respondió con seriedad: "De momento, no se han dado este tipo de casos aquí".