Su lucha por la integración de las mujeres víctimas de la violencia de género en su entorno más cercano y el apoyo que le prestan para que vuelvan a considerarse "personas normales" es el trabajo que ha llevado al Centro Multidisciplinar de Apoyo a la Mujer de A Coruña (Cosopga) a ser galardonado con el premio nacional de Buenas prácticas en inclusión social, convocado por Cruz Roja Española y financiado por el Ministerio de Sanidad y Política Social.

Entre un total de 150 proyectos presentados por entidades de todo el país, las cinco profesionales de Cosopga-una pedagoga, una abogada, una psicóloga, una educadora y una trabajadora social- se sorprendieron "enormemente" al recibir el premio, "porque la mayor parte de los proyectos contaban con mucho dinero", reconoce Fátima Dopico, abogada de la asociación, y explica: "recibir un galardón por un trabajo en defensa de la inclusión social es como decirnos que no lo estamos haciendo mal a pesar de no tener fondos".

La abogada recuerda que cuando fundaron Cosopga -el pasado mes de junio- disponían de una mesa, una silla y los ordenadores de sus propias casas y , "nada más abrir las puertas", comenzaron a llegar mujeres "en busca de apoyo". Después de recibir "la pedazo placa", confía en que se trate de "un ejemplo de seriedad" a nivel nacional que demuestre a las víctimas de malos tratos que la asociación "es fiable" y que, aunque sea desde una esquina de España, las iniciativas pequeñas "también son buenas".

Dopico denuncia un vacío social en el ámbito de los derechos de la mujer y en la lucha contra la violencia de género y la discriminación y afirma que no hay medios para las mujeres ."No se encuentran protegidas del todo", explica y destaca, en este sentido, que las "mayores dificultades" con las que se encuentran radican en los plazos administrativos y la falta de recursos que hacen de las mujeres "peonzas que se ven obligadas a ir y venir de un lado a otro". "En el caso de las inmigrantes no logran conocer ni sus propios derechos" afirma.

A pesar de la "escasa financiación" de Cosopga -una subvención de 4.000 euros de la Diputación de A Coruña- la abogada asegura que muchas de las usuarias que han acudido a la asociación, en los siete meses que lleva funcionando, "han visto muy mejorada su situación". Estas mujeres, añade, "están bajo un techo acogedor" y han conseguido un trabajo que les ayuda a recuperar su condición de "personas normales".

La labor principal de las cinco profesionales que llevan a cabo esta iniciativa de apoyo a la mujer consiste en "acompañarla durante todo el proceso", desde el servicio de acogida en el que detectan sus necesidades, hasta diferentes terapias -en caso de demanda- y prestaciones. En este sentido, Dopico hace hincapié en la importancia del trabajo en equipo que desempeñan "para evitar que anden como pelotas de pimpón".

Aunque afirma que "hay muchos avances", lamenta la situación de crisis, "que también dificulta la decisión de que una mujer abandone a la persona que le maltrata", y asegura que "todo mejorará cuando la sociedad se conciencie" de la importancia de denunciar todo tipo de violencia y de no "marginar" a las personas que la padecen o la han sufrido.

Más que una placa para el recuerdo, Fátima Dopico espera que el premio por sus "buenas prácticas" abra los ojos al entorno y a las propias víctimas de la violencia de género "para que se atrevan a salir de la situación en la que viven" y confíen en que, "tanto ellas como sus hijos" tiene la oportunidad de salir adelante con la ayuda de asociaciones como Cosopga.

Entre las diferentes categorías que optaban al reconocimiento de Buenas prácticas en la inclusión social, cuyos premios se entregaron en Málaga los pasados 24 y 25 de noviembre, estaban además la de inclusión laboral, espacial -erradicación del chabolismo-, familiar y las que reunían proyectos de lucha contra la crisis. Todas ellas, según la abogada de Cosopga, con el criterio común de "favorecer a las personas con problemas en la sociedad" mediante su integración.