Su presencia en una fiesta garantiza lleno en el local. Ellos lo saben y por eso, cada vez más famosos se ganan un sobresueldo gracias a bolos en discotecas o pubs, en donde lo único que tienen que hacer es dirigirse al público, bailar y firmar autógrafos. Lo que se ha convertido en una verdadera profesión para los famosos temporales -aquellos cuya fama no va más allá de unos meses tras su presencia en un reality- no ha dejado de atraer a quienes realmente tienen una profesión pública: presentadores y actores -en especial de series para adolescentes- que también se apuntan a la moda de los bolos. Poner un famoso en su fiesta es algo sencillo aunque las tarifas varían en función del personaje elegido o la fecha en la que se celebre el evento. El caché actual de un famoso promedio (sin recurrir a cantantes o presentadores de renombre) oscila entre los 1.000 y los 7.000 euros, según varias agencias de contratación de artistas.

El primer puesto de este original pódium lo comparten dos actores del panorama nacional que arrastran centenares de seguidores por sus dotes de interpretación, pero también por su atractivo físico: Carolina Cerezuela y Maxi Iglesias, quienes cobran 7.000 euros por asistir a una fiesta.

La artista lleva en el mundo del teatro desde hace catorce años, pero saltó a la fama tras interpretar a Mónica Salazar en la tira diaria Cámera Café de Telecinco. El éxito de este programa le llevó a obtener un papel en la serie de esta misma cadena Hospital Central e incluso a copresentar el programa ¿Por qué no te callas? con Eugeni Almany, un espacio que apenas duró en antena por su escaso índice de audiencia. Además, Cerezuela hace años que es una asidua de las revistas del corazón por su relación con el tenista Carlos Moyá. Por su parte, Maxi Iglesias -conocido por su papel de César Cabano en la serie Física o Química de Antena 3- debe su éxito al público adolescente. Portada de todas las revistas juveniles, los seguidores de la serie o de sus pinitos en el cine con películas como Mentiras y Gordas o After, no dudan en hacer cola para ver a su ídolo en su pub o discoteca de costumbre.

El público adolescente es un filón y por eso, el resto de protagonistas de Física o Química o sus compañeros de El Internado se sitúan también entre los famosos que más cuesta llevar a una fiesta. Adrián Rodríguez y Álex Barahona -David y Berto en Física o Química- cobran 5.000 euros por sus bolos mientras que Yon González, conocido como Iván entre los estudiantes de la Laguna Negra, sube su caché en 500 euros más y el que hasta hace pocos capítulos era el tutor legal de Marcos y Paula, Luis Merlo, eleva la cifra hasta los 6.000 euros. El caché también va en función de la importancia del personaje en la serie en cuestión. Por ello, Vaquero en Física o Química -interpretado por Marc Clotet- tiene que conformarse con cobrar sólo 4.000 euros por bolo y su compañero Karim El Kerem, que dió vida al ya fallecido en la ficción Isaac, se queda en 2.500.

Pero no sólo la televisión da derecho a pedir miles de euros por acudir a una fiesta. Junto a quienes tienen una profesión reconocida se encuentran aquellos cuya fama responde únicamente a que son hijos, parejas o ex novios de algún personaje conocido. Lejos de estar menos valorados, muchos de ellos aparecen entre los famosos con mayor caché. Es el caso de Darek. El modelo polaco, que saltó a las páginas de todas las revistas y a los programas del corazón españoles gracias a su relación con Ana Obregón, es uno de los que más se cotiza: 6.000 euros por su presencia en un evento. Pese a que desde hace meses finalizó su relación con la presentadora, bióloga y actriz, sus tarifas siguen intactas. Salir con la popular Ana Obregón no sólo le ha permitido hacer un recorrido por los platós de diferentes programas de prensa rosa, sino lograr un papel en la serie Yo soy Bea de Telecinco.

Lo mismo ocurre con el hijo de Isabel Pantoja, Kiko Rivera. Su único oficio conocido es el de pinchar música en fiestas discotequeras, labor por la que cobra 5.000 euros la sesión. Aunque durante toda su vida ha sabido sacar rendimiento de ser hijo de, en el último año su presencia en la televisión ha aumentado tras participar en Sé lo que hicisteis de La Sexta -donde aprendió a ser monologuista- o en Pánico en el plató de Antena 3. Además, Kiko sigue siendo noticia por las múltiples novias que acuden a los espacios del corazón a contar su relación con el joven.

Pertenecer a una saga de artistas también es un pasaporte seguro para contar con un gran caché aunque no se esté de actualidad en ese momento. Julio José Iglesias, el hijo de Julio Iglesias e Isabel Preyler, cobra unos 5.000 euros por firmar autógrafos y amenizar durante dos horas la noche en un pub o discoteca.

La misma cantidad que recibe el cantante Álvaro de Benito, líder del grupo Pignoise. Pese a tratarse de una de las bandas nacionales revelación en los últimos años, su fama no está únicamente vinculada a la música. De Benito ha protagonizado numerosas páginas de papel couché por la relación que durante varios años mantuvo con la actriz Amaia Salamanca, conocida por su papel en la serie Sin tetas no hay paraíso de Telecinco.

El amor siempre es un filón para alcanzar la fama y para prolongarla una vez finalizado aunque no siempre a los dos miembros de la pareja le sale igual de rentable. Tras mostrar su amor a los cuatro vientos en el programa Supervivientes y decenas de platós, Míriam Sánchez -la ex actriz porno Lucia Lapiedra- y Pipi Estrada -ex comentarista deportivo- intentaron también sacar provecho a su ruptura. Además de participar como colaboradores en Mujeres y hombres y viceversa se recorrieron los platós para contar sus problemas. Suficientes motivos para seguir en el candelero de los bolos discotequeros aunque eso sí, ella está más cotizada. Mientras contratar durante un par de horas a Míriam para que baile en una fiesta sale por 3.000 euros, Pipi debe conformarse con tan sólo 1.800.

La actualidad manda, pero también hay quien parece no pasar nunca de moda. Es el caso de Rappel, el famoso adivino que mantiene un caché de 2.500 euros por fiesta o Andrés Pajares, el polémico actor que ha tenido problemas con gran parte de su familia, cuya presencia obliga a desembolsar unos 6.000 euros.

Pero si alguien reina en el mundo de los bolos, esos son quienes han participado en un reality-show. Desde que Telecinco estrenó Gran Hermano en el año 2000, el mundo de la telerrealidad se ha convertido en una fábrica de famosos temporales, que lo son únicamente por haber participado en estos concursos. Su caché no es muy elevado, pero sin duda son de los que más rendimiento sacan a esta labor ya que se recorren toda España. Las tarifas varían en función del juego que haya dado el concursante. Por ello, mientras el caché de los participantes de Gran Hermano 11 oscila entre los 1.000 y 1.500 euros, el más polémico de la edición, Arturo, sube el caché hasta los 2.800. Lo mismo que dos de sus conquistas: Indhira y Tatiana cobran 2.000 euros por actuación.

Al tren de los realities se han subido también los concursantes de Mujeres y hombres y viceversa, el espacio de Telecinco en el que varios jóvenes buscan pareja. El que mayor rendimiento le ha sacado a su paso por este programa es el tronista Rafa Mora que cobra los bolos a 2.500 euros, le siguen Efrén a 1.800 y Soraya , David Morales o Erick, todos a mil euros por cabeza.

Como en la bolsa, la cotización de un famoso es variable. El caché sube o baja en función de la polémica que suscite y de su actualidad.