Tomar analgésicos como paracetamol, aspirina e iboprufeno durante el embarazo supone un riesgo para los bebés de sexo masculino porque reduce los niveles de testosterona mientras se forman los genitales del bebé, según un estudio publicado en la revista Human Reproduction Today.

La investigación asocia la ingesta de estos calmantes con un mayor riesgo de dar a luz niños con testículos no descendidos, lo que aumenta las probabilidades de que padezcan infertilidad y cáncer testicular en la vida adulta.