"Un avance importante, porque dejaría de operarse al paciente con técnicas más agresivas". Así describe el jefe de Cirugía Plástica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Francisco Martelo, el desarrollo de un gel de plaquetas que reconstruye la mama tras extirpar un tumor, técnica que ya se utilizaba, por ejemplo, en odontología o en lesiones musculares de deportistas, y que cirujanos del hospital Germans Trias y Pujol de Badalona han empleado por primera vez para restituir volúmenes. Martelo alaba las posibilidades de esta cirugía, "menos invasiva", aunque incide en que él no tiene experiencia en ella y en que aún "está en fase experimental".

El cirujano explica que el gel "es capaz de reclutar e involucrar células del propio paciente para cerrar el desperfecto y reconstruir el volumen extirpado". Entre las ventajas del relleno de la mama con este producto, a base de plaquetas de un donante, Martelo cita la ausencia de inflamación o reacción adversa, ya que "las plaquetas no son capaces de crear anticuerpos, pero sí los factores de crecimiento plaquetario". Así, el paciente cerraría su herida y regeneraría el tejido con sus propias células, estimuladas por la gelatina.

El jefe de Cirugía Plástica del Chuac apunta que el relleno de gel desaparecería con el paso del tiempo, porque "el propio tejido del paciente invade esa gelatina, de modo que se reconstruye por él mismo. Además, el gel, "maleable", permite que el pecho quede "igual que antes de la cirugía", a diferencia de otros procedimientos.

"De salir adelante, sería un avance importante porque dejaría de operarse al paciente con técnicas más agresivas, más drásticas; esto es menos invasivo", dice Martelo, y relata que "con las prótesis de silicona muchas veces hay que hacer cirugía para que se adapten". Además, se evita el riesgo de rechazo o reacción adversa.

El cirujano reconoce que a él no se le hubiera ocurrido utilizar factores de crecimiento plaquetario para la reconstrucción de un volumen tras la extirpación de un tumor. "Y aunque se me hubiera ocurrido, no me hubiera atrevido", asegura. El riesgo de que la regeneración de células hiciera que se renovasen las tumorales es el principal motivo por el que Martelo afirma que no hubiera probado este procedimiento. Además, le hubiera disuadido también el tamaño del volumen a reconstruir: "Me parecía una comunidad muy grande como para crear tanta cantidad de volumen como la que se ha extirpado. Ellos (los investigadores) tuvieron más cabeza".