La Conselleria de Sanitat de la Generalitat valenciana ha relegado de sus funciones a una pediatra que ejercía en Carlet (Valencia) tras ser detenida y puesta a disposición judicial el pasado jueves por un delito de estafa ya que presuntamente inyectaba vacunas falsas -únicamente con suero- a menores por las que cobraba entre 60 y 80 euros a las familias ya que les aseguraba que no las cubría la Seguridad Social, según señalaron ayer fuentes de la Conselleria de Sanitat, del Ayuntamiento y del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (Tsjcv).

La facultativa quedó en libertad con cargos por un delito de estafa tras prestar declaración, según informó el Tsjcv que indica que en la causa todavía no se sabe el número exacto de afectados. Desde algunas fuentes hablan, sin embargo, de hasta 50 niños vacunados a través de este sistema.

Según la administración sanitaria, la Inspección de la Conselleria de Sanitat abrió un expediente disciplinario tras varias denuncias presentadas "por ejercer presuntamente de forma indebida". Ahora "está realizando las averiguaciones pertinentes, cuya resolución queda pendiente de la investigación penal puesta en marcha". Hasta ese momento, quedó relegada de sus funciones, según Sanidad, que informará "debidamente" a los pacientes afectados.

Por su parte, el Ayuntamiento de Carlet ha organizado una reunión informativa para las madres de los menores para el próximo lunes, a la que asistirán autoridades municipales y técnicos de la Conselleria para informar de la situación. El consistorio explicó que desconocen el número de afectadas, aunque dos madres sí que acudieron ya a informarse al Ayuntamiento y otras presentaron denuncias en el cuartel de la Guardia Civil. Cuatro de las denunciantes aseguran que la médico llegó a cobrarles entre 400 y 800 euros por las vacunas contra el virus del papiloma humano.

Fuentes municipales aseguran que la facultativa presuntamente llamaba personalmente a las madres y les decía que ella misma les inyectaría las vacunas a los niños sin necesidad de que fueran a comprarlas a las farmacias, ya que no eran sufragadas por la Seguridad Social. La pediatra cobraba entre 60 y 80 euros a las madres, que inicialmente iban "confiadas" pero que, posteriormente, se dieron cuenta de que algo "fallaba" porque en las cartillas de vacunación de los niños no aparecía el número de referencia. La facultativa, según estas fuentes, reconoció que inyectaba "suero" a los niños en vez de las vacunas reales, por una "necesidad económica" y sin querer causar ningún daño.

La pediatra tenía plaza en la localidad valenciana de Carlet desde hace cinco años. El centro de salud dio parte a la Conselleria que la trasladó en primer lugar a otro municipio, Algemesí. "Las madres se sienten estafadas porque los niños finalmente no han sido vacunados", apuntaron desde el Ayuntamiento de Carlet.