Propuestas para mujeres exquisitas como las de Duyos, exploradoras como las de Lemoniez o urbanas como las de David Delfín, pero siempre con patrones y tejidos atemporales, es lo que pudo verse ayer en la tercera jornada de la antigua pasarela Cibeles, ahora rebautizada como Mercedes Benz Fashión Week. La mayoría de los diseñadores que desfilaron ayer se esforzaron por vestir a la mujer, bien y de manera exclusiva, con prendas que perduren en el tiempo, dejando a un lado las tendencias más rabiosas y ocupándose con prioridad de la esencia de la moda, que no es más que una buena costura.

"Se está volviendo a la moda lenta, personalizada y de largo recorrido, un lujo real", señaló ayer Duyos, quien elogió a la mujer con prendas minimalistas, luminosas y de buen gusto. El desfile se inauguró con un conjunto blanco casi rosa, color que el madrileño declina en todas su variantes hasta crear una bella gama cromática que va desde el rosa bebé hasta el chicle pasando por el rosa flamenco o el asalmonado, color que estuvo acompañado por destellos dorados y pinceladas amarillas. Gasas brocadas y organzas de seda para desarrollar patrones voluminosos y siluetas longilíneas que rescata de la gloriosa época de Pedro Rodríguez, Cristóbal Balenciaga o Elio Berhanyer, pero tamizado por los cánones minimalistas que reinaron en la década de los noventa, caracterizaron las prendas.

David Delfín también se ha esforzado por hacer cosas nuevas. Con las ideas muy claras, el diseñador, que celebra su décimo aniversario sobre la pasarela madrileña, mostró una colección en la que juega con la ilusión óptica de prendas que aparecen superpuestas y la mezcla de tejidos. Bautizada como Nowadays, sobre la pasarela se vieron trajes femeninos y masculinos que parecen chaqueta pantalón, pero son monos de una sola pieza, inspirados en el modelo de cazadora Biker o vestidos que parecen varias prendas superpuestas, pero están hechos con un solo patrón.

Por su parte, Amaya Arzuaga presentó una colección coherente con siluetas rectas y contrastes de volúmenes. La cintura y su eje de rotación son el origen de esta colección, en la que las prendas se ciñen a la cintura y sobre ella se abren y se cierran. "Son propuestas cómodas, livianas y muy fáciles de poner", explicó.

Juanjo Oliva homenajeó a la mujer "singular", empeñada en romper con lo convencional, en una colección que sin salirse de su línea clásica ha innovado en tejidos y formas. El modisto llevó a la pasarela sedas y sargas en tonos blancos, crudos y negros, que se adhieren al cuerpo de la mujer en un claro ejercicio de delicada confección, una labor que desde hace años tiene ocupado al diseñador.

Por su parte, Teresa Helbig opta por una mujer dulce y traviesa en una colección romántica, con vocación floral, unas prendas realizadas con tejidos joya y otras con delicadas margaritas cosidas con mimo.

Fiel a su estilo, Helbig presentó patrones desestructurados, con cortes caprichosos, en los que el trabajo artesanal deja su huella. Inspirándose en las mujeres aventureras de la primera mitad del siglo XX que se atrevían a atravesar los desiertos a caballo o pilotaban avionetas, Fernando Lemoniez se sube al carro de la moda lenta y personalizada con una colección minimalista, aventurera y elegante. Cerró la jornada Miguel Palacios con una colección para mujeres que tienen de todo en el armario: desde minivestidos hasta clásicos trajes sastre, todo con cierto aire retro.