Pablo Pérez recibió la noticia de que iba a subir al monte Everest el día de su cumpleaños. Fue el pasado mes de febrero cuando el alpinista y astronauta Josu Feijoo incluyó a este coruñés de 21 años en su proyecto Diabéticos sin Fronteras en el cual dos chicos y dos chicas con diabetes tipo I (frecuente en menores de 30 años) realizarán una expedición al campamento base del pico más alto del Himalaya. Mañana se embarcan en una aventura que durará hasta el 18 de septiembre y que los llevará a 5.350 metros de altitud.

"Contacté con Josu a través de internet porque me interesaba su proyecto", recuerda Pablo Pérez sobre uno de los artífices de la expedición, junto con Jon Goikoetxea. "Me llevé una alegría cuando me dijo que estaba dentro, aunque fue en mayo cuando me dieron la confirmación final", comenta el coruñés, quien asegura que desde el principio tuvo claro que quería participar, a pesar de no tener experiencia en la montaña, aunque se declara un amante de los deportes. "Es un reto a nivel personal y desde el principio no lo dudé", afirma Pablo.

Este joven coruñés será uno de los cuatro participantes en la primera expedición en la que diabéticos insulino dependientes estarán controlados vía telemedicina, un servicio de seguimiento y control remoto de la enfermedad. Para esto, cada expedicionario dispondrá de un tablet PC con la aplicación del servicio de gestión de pacientes crónicos, diseñado por la empresa Telefónica, una de las grandes mecenas de este proyectos, y que les permitirá estar en contacto con su médico a lo largo de 15 días de recorrido que Pablo define como "una aventura y una oportunidad única".

Además, la aplicación instalada recibirá los datos del glucómetro, que medirá los niveles de glucosa en todo momento y que los pondrá en conocimiento de su médico de forma instantánea gracias a la conexión de internet de la que dispondrán vía satélite. De este modo, los médicos podrán revisar la situación del diabético y gestionar las horas de comida o de control de la glucemia mediante un servicio en el que los montañeros podrán interactuar con el médico.

La compañía de las tecnología durante el trayecto fue una de las premisas para que Pablo se uniera a la expedición y para la tranquilidad de sus familiares y amigos cuando les comunicó la noticia: "Me da seguridad a la vez que supone una ventaja para nosotros".

Para el aprendizaje en el manejo de estos aparatos, los cuatro participantes recibieron ayer unas pautas para familiarizarse con su uso, además de recibir los consejos de Josu y Jon, quienes los acompañarán durante la ida pero se separarán a la vuelta, para continuar subiendo, por otro lado, a picos más altos del Himalaya.

Con esta experiencia, Pablo pretende ponerse a prueba: "quiero saber hasta donde puedo llegar", idea que se une al objetivo general del proyecto: demostrar que los diabéticos no tienen ninguna limitación.