Cambiar actitudes agresivas en el ámbito familiar a través de terapia psicológica es lo que desde el año 2001 hasta ahora han intentado hacer más de 430 gallegos a través del programa Abramos o círculo, que financia la Secretaría Xeral de Igualdade. El servicio, puesto en marcha en colaboración con el Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia, tiene carácter preventivo y voluntario. "No pueden acceder presos -porque ya tienen un programa específico para ellos-, ni a quienes les obliga el juzgado. Aquí tienen que venir por iniciativa propia y sin que haya una sentencia de por medio", señala el coordinador del proyecto, el psicólogo Joaquín Prieto.

Cuando en 2001 empezó a funcionar Abramos o círculo, solo cinco hombres se pusieron en contacto con los responsables del programa para recibir información o atención psicológica personalizada. En 2011, la cifra total fue de 69, mientras que en el primer semestre de este año, el programa ha sumado ya 38 participantes, según los datos hechos públicos esta misma semana por Igualdade. "La demanda va en aumento, incluso entre los más jóvenes", apunta Prieto, quien indica que, en la actualidad, son 38 los psicólogos que trabajan en estas terapias, cuya finalidad es "enseñar a los pacientes a resolver conflictos sin utilizar la violencia y a comunicarse mejor en su entorno más próximo".

Los interesados en participar en Abramos o círculo -que deben llamar al teléfono 630 170 140- asistirán a terapia individual entre ocho meses y un año con el objetivo de reconocer sus errores y mejorar sus relaciones con el sexo opuesto. "Cada caso se analiza por separado y será el propio terapeuta quien indique el número de consultas o las actividades a realizar", señala Prieto, quien explica que lo primero que los especialistas intentan promover en este programa es que los hombres "aprendan a identificar los comportamientos negativos que tienen con sus parejas, que la mayoría de las veces ven ya como algo normal". "La violencia machista parte de un sistema de creencias, basado en unos roles en los que el hombre tiene que marcar la relación con la mujer", advierte el psicólogo, y continúa: "Muchos de los pacientes que participan en el programa no han ejercido violencia física contra mujeres, sino que han desarrollado, durante un periodo más o menos prolongado en el tiempo, una maltrato psicológico, que es más difícil de ver y ante el que es más fácil escudarse", resalta Prieto.

El coordinador de Abramos o círculo afirma que los maltratadores "tienden a minimizar, o directamente a negar" sus actos, cuando no "atribuyen la responsabilidad" a la víctima, por lo que los psicólogos que trabajan en el programa buscan que "asuman la responsabilidad de su conducta", así como generar en ellos "empatía", con el objetivo de que "se den cuenta de las consecuencias que sus comportamientos tienen para su pareja y sus hijos", concluye el especialista.