Ochenta facultativos de toda España participaron esta semana en el Centro Tecnológico de Formación del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), situado en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera, en la XVIII Reunión anual de médicos residentes de Cirugía Cardiovascular, organizada por la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular, en colaboración con el propio Chuac, hospital de referencia autonómica y nacional en el diagnóstico y tratamiento de las cardiopatías congénitas, que centraron el encuentro. Durante un intenso día y medio, los cirujanos cardiacos del futuro asistieron a sesiones teóricas sobre anatomía coronaria, tipos de prótesis y técnicas quirúrgicas, entre otras cuestiones; examinaron, al detalle, corazones de animales; e, incluso, pudieron ver y aprender cómo se realiza la operación de Ross en un órgano animal, de la mano de uno de los mayores expertos mundiales en esta intervención, el holandés Mark Hazekamp.

"Es la primera vez que esta reunión se celebra en A Coruña (hace un par de años tuvo lugar en Santiago, pero en esa ocasión se centró en la cirugía de la angina de pecho), y la verdad es que estamos muy satisfechos con el resultado", reconoce el jefe de la sección de Cirugía Cardiaca Infantil del Chuac y director del encuentro, Francisco Portela, quien destaca el eminente carácter práctico de la reunión, con un programa que califica de "auténtico lujo". "Aunque, evidentemente, hubo sesiones teóricas, quisimos dar mucha importancia a los aspectos prácticos, apoyándonos en el Centro Tecnológico de Formación", explica el doctor Portela. "Ante todo, buscábamos que los residentes en formación pudiesen tocar, abrir y ver por dentro un corazón. Darles la posibilidad de ir un poco más allá, algo que, a veces, se hace muy difícil, ya que los cirujanos cardiacos de adultos se quedan, normalmente, en una parte más superficial de este órgano", añade.

Una de las sesiones prácticas más interesantes del encuentro consistió en enseñar a los participantes cómo se realiza la operación de Ross, una compleja intervención, "ideal para bebés y niños pequeños con problemas graves en la válvula aórtica", en la que los cirujanos del Chuac son expertos, pues la practican desde hace unos trece años. "La operación consiste en retirar la válvula aórtica y colocar, en su posición, la pulmonar, que es sustituida, a su vez, por un injerto biológico", indica Portela, quien apunta que la ventaja de utilizar la válvula pulmonar del propio paciente, en lugar de una prótesis, es que esta última "no crece", mientras que la válvula pulmonar sí lo hace. "Además, las prótesis que hay en el mercado no sirven para bebés, son demasiado grandes para ellos", señala.

En la reunión celebrada esta semana en el Centro Tecnológico de Formación -puesto en funcionamiento en 2009 gracias a una donación de la Fundación Amancio Ortega- también se analizó cómo deben abordarse las cardiopatías congénitas en el futuro.