Encarnita Polo no cumple años. Aunque en sus biografías no autorizadas aparece fechado su nacimiento en Sevilla en 1939, la reina del flamenco pop niega tener ahora 74 años. Ni más ni menos. "Preguntar la edad a una mujer es una ordinariez", asegura cortante durante una entrevista en un café de Madrid. La intérprete del Paco, Paco, Paco y Pepa bandera es otra víctima de las preferentes que vive con lo justo tras años de éxitos y abundancia. Lleva la desazón que le produce esta ruina con la misma filosofía que le hizo con tan solo 12 años dejar su Sevilla para triunfar en Barcelona. "Yo solo quiero trabajar en lo que domino: la canción y el comentario dulce sobre los artistas que he conocido", proclama al más puro estilo Bette Davis, la oscarizada actriz de Hollywood que puso un anuncio en busca de trabajo en un diario estadounidense.

-Con todos los éxitos que usted ha tenido, ¿cómo es posible que ahora viva con lo justo?

-No tiene explicación. Siempre he mirado la peseta. No tengo la culpa de haberme casado con un señor que hizo que me desahuciasen de mi casa y después de haber confiado mis ahorros a un banco que se ha quedado con mi dinero.

-¡Menuda mala suerte!

-Pues sí. Espero que Dios me ayude a que me devuelvan esos ahorros y espero que Dios tenga a mi exmarido donde se merezca.

-¿Dónde se merece estar su exmarido, el compositor Adolfo Waitzman?

-Como Dios lo perdona todo, supongo que estará en la gloria. Me hizo todo tipo de sinvergonzonerías, pero estoy convencida de que lo hacía sin darse cuenta. Mientras tanto, seguiré vendiendo oro y empeñando mis alhajas porque no quiero pedir nada a mi hija ni a mis amigos.

-¡Pero si su exmarido la dejó en la calle!

-Tenía una confianza ciega en él. Pequé de ingenua porque siempre pensé que iba a cambiar. No había ningún espectáculo en el que yo actuase en el que él no se liase con alguna.

-¡Vaya joya de hombre!

-No era un hombre para casarse. Me lo dijo Miguel Ríos cuando se enteró de que habíamos contraído matrimonio. Fue el mayor error de mi vida.

-¿Tuvo otros amores después de la separación, en 1978?

-Tuve pretendientes, pero no me interesaban. La verdad es que ningún otro hombre ha olido como olía Adolfo.

-¿No le dio nunca por echarse un ligue jovencito como Maruja Torres o Sara Montiel?

-¡No, por favor! Yo tengo otro estilo.

-Ya lo decía Lola Flores: usted es una finolis.

-Sí, es cierto, cuando jugábamos partidos de fútbol las mujeres, yo era la capitana de las finolis y Lola de las folclóricas.

-Pero usted es también folclórica.

-Pero fina y muy moderna. Siempre he llevado el arte con elegancia porque eso es lo que me enseñaron en mi casa.

-¿Querían sus padres tener una hija artista?

-¡Qué va! Estaba muy mal visto. Mi madre al final me dejó porque somos ocho hermanos, mi padre murió cuando yo tenía 12 años y la única forma de llevar dinero a casa era con mis actuaciones.

-Y se trasladó de Sevilla a Barcelona.

-Con 12 años. Me recibieron con los brazos abiertos en Barcelona. El mismo día que llegué firmé un contrato. Cantaba en los cines de la ciudad entre película y película. Adoro Barcelona, pero la quiero dentro de España. Aún recuerdo cuando participé en el Festival del Mediterráneo que ganó Salomé.

-Y luego entró en Pasaporte a Dublín.

-Eso ya fue en 1970. Los concursantes éramos todos profesionales: Rocío Jurado, Nino Bravo, Jaime Morey, Junior, Karina, Concha Márquez Píquer... Eramos muy compañeros y nos ofrecían la oportunidad durante tres meses de hacer televisión. Eso es lo que quiero ahora. Me gustaría tener un programa de televisión en el que cantar y debatir sobre lo que sé; que es la música. Lo que quiero es trabajar y contar las cosas bonitas de todas los artistas que conozco. Ya se que hablar bien de la gente en televisión hoy no se lleva.

-¿Fue esa negativa a sacar los trapos sucios de los famosos lo que hizo que Encarna Sánchez no quisiera ficharla para su corrillo de cotilleos?

-Encarna Sánchez siempre me decía que las otras tertulianas me habrían comido.

-¿Quiénes eran esas fieras?

-En el corrillo estaban Maruja Torres, Carmen Jara y Paquita Rico.

-Mujeres de su pandilla.

-¡No, qué va! Yo iba más con el grupo de Rocío Jurado, Jaime Morey, Karina y Lola Flores, que era divina y maravillosa.

-¿Y Rocío Jurado?

-Tenía sus días. Era buena artista pero no todo el mundo puede ser como Lola Flores. Concha Márquez Píquer es también fantástica, igual que Karina, que ganó el Pasaporte a Dublín.

-De todas ellas era usted sin duda la más atrevida con el vestuario.

-Sí, atrevida y elegante. Me ponía pelucas y plataformas pero con pantalones de campana para que no se viesen. Aún hoy tengo una gran colección de pelucas y le aseguro que tengo pelo.

-¿Se cree usted a Maruja Torres cuando dice que tiene el agua y la luz pagadas hasta que se muera?

-Todas las folclóricas de este país han empeñado sus joyas. Lo que dice Maruja es mentira. Eso sí ¡ojalá tuviera yo las alhajas que tienen otras para poder empeñarlas!

-¿Tantas joyas tiene en el Monte de Piedad?

-Muchísimas y lo malo es que con los intereses que cobran no sé lo que voy a tener que pagar para recuperarlas cuando me devuelvan mis ahorros.

-¿Tan convencida está de que los va a recuperar?

-Eso espero. Confío además mucho en Rajoy, espero que no me desilusione y antes de final de año encuentre una solución a esta estafa de las preferentes. Espero que algo me caiga del cielo.

-Le ha caído el papa Francisco, quien ha vuelto a poner de moda su Paco, Paco, Paco.

-La verdad es que siempre tengo un golpe de suerte cuando peor estoy, pero ese éxito no significa para mi más ingresos. Durante el franquismo, la censura me impedía cantar Paco, Paco, Paco cuando iba a la función Carmen Polo. Hace poco me ofrecieron hacer una versión especial de la canción dedicada al Papa pero no lo he hecho por respeto a la Iglesia.

-Además el Papa no es de derechas, como es usted.

-Qué más da mientras lo haga bien. Yo soy de Fraga porque creo que lo hizo siempre muy bien, pero nunca me cayó bien Rodrigo Rato. La verdad es que la izquierda trata siempre mejor a sus artistas que la derecha.

-¡Cómo que Rodrigo Rato era presidente de Caja Madrid, entidad en la que tiene sus ahorros!

-No lo quiero ni recordar. ¡Siempre he sido una gilipollas!