Los fucus son algas de talo marrón-verdoso con frondes laminados y una falsa nerviación central donde se sitúan los aerocistos (flotadores globulares que la sostienen verticalmente en el agua) y en cuyos ápices se disponen los órganos reproductores. Abunda en las aguas frías de los mares del norte, donde vive fijada a las rocas por un pedículo que tiene en la base.

La denominación fuco o fucus engloba los talos desecados de varias especies de algas pardas, principalmente Fucus vesiculosus y Fucus serratus. Son muy frecuentes en las zonas intermareales del océano atlántico (en Galicia, por ejemplo), recolectándose en primavera y verano con marea baja. Una vez recogidas se dejan secar al sol hasta el momento de ser procesadas.

En fitoterapia es interesante el talo, donde se concentran los numerosos componentes químicos activos farmacológicamente, entre los que destacan:

-Polialcoholes: manitol y sorbitol.

-Polisacáridos: fucoidina, laminarían y, sobre todo, algina y alginatos que constituyen el mucílago.

-Fenoles: floroglucinol y sus oligómeros.

-Fosfolípidos polares y sus glicolípidos.

-Yodo.

-Vitaminas.

-Oligoelementos.

Aunque no existen demasiados estudios científicos contrastados, se les atribuyen muchas propiedades farmacológicas relacionadas con los principios activos: -El ácido algínico o algina se encuentra en forma de sales (alginatos) constituyendo hasta el 40% del peso del alga. Forman geles viscosos que reducen la acidez y protegen de forma mecánica la mucosa gástrica, reduciendo el reflujo esofágico y beneficiando a los enfermos de acidez y trastornos digestivos en general.

-El yodo a dosis fisiológicas estimula el tiroides. Este efecto resulta interesante tanto para el control de sobrepeso como en patologías tiroideas. La concentración debe ser pautada y controlada.

-La fucoidina incrementa la síntesis de colágeno mejorando la elasticidad de la piel. Su combinación con vitaminas y oligoelementos potencia la actividad antioxidante.

En España se autoriza su uso en estados de fatiga y astenia y como coadyuvante en dietas de control de peso por su contenido en mucílagos que reducen el apetito y tienen un ligero efecto laxante.

En fitoterapia se emplean los fucos en estado seco. Deben estar bien controlados pues concentran metaloides y metales pesados, lo que los convierte en buenos indicadores de la contaminación, pero con potencial tóxico para el ser humano. Suelen tomarse en forma de cápsulas aunque también hay infusiones, jarabe y extracto fluido. Puede ingerirse o aplicarse externamente en forma de emplastos.

Los estudios clínicos demuestran que no presenta toxicidad aguda, aunque es imprescindible determinar su contenido en yodo. Se han descrito casos de hipertiroidismo con pérdida de peso, fatiga, excesiva sudoración, etc. que suelen remitir al dejar el tratamiento.

También puede verse reducida la absorción de hierro provocando una disminución de los niveles de hemoglobina y de la concentración de hierro plasmático.

Debe evitarse la administración a pacientes con hipertiroidismo, embarazo y lactancia.

Tampoco es adecuada en pacientes con tratamiento para reducir glucosa y colesterol pues su efecto puede verse potenciado, debiendo reajustar la dosis farmacológica.

Tiene aplicaciones amplias:

-A nivel sistémico: déficit tiroideo, fatiga, astenia, estreñimiento, reflujo esofágico (sólo o combinado con fármacos), hernia de hiato, acidez gástrica (tomado tras las comidas), etc.

-A nivel del tratamiento de la obesidad: laxante mecánico, saciante al combinarlo con agua, etc.

-A nivel dental: odontología, fabricación de moldes, etc.

-A nivel industrial: gelificante alimentario, etc.

-A nivel cosmético: geles y cremas para masajes, productos higiénicos como jabones, pastas dentífricas, etc.

Se consideraría adecuado para personas que se alimentan inadecuadamente y consumen muchos dulces pues, además de su efecto fibra, es activo sobre el tiroides y aporta vitaminas y minerales. Resulta eficaz como coadyuvante en tratamiento de sobrepeso y obesidad, aunque siempre combinado con una dieta adecuada y la práctica de ejercicio físico. A nivel tópico, es muy recomendable como suavizante y rehidratante de piel y mucosas.

Se recomienda, siempre bajo control del especialista, en los tratamientos de adelgazamiento por dos motivos: la elevada proporción de mucílagos que contiene induce a la saciedad (por lo que la cantidad de comida necesaria para satisfacernos es menor) y su riqueza en oligoelementos, vitaminas y sales minerales elementos nutritivos indispensables para los regímenes hipocalóricos (que suelen estar descompensados nutricionalmente). Además, las pequeñas dosis de yodo que contiene estimulan el tiroides beneficiosamente si se siguen las dosis pautadas.