Ante el aumento generalizado de los casos de tos ferina en todo el mundo, se están estudiando distintas estrategias. El Joint Committee on Vaccination and Inmunisation del Reino Unido -un comité de expertos en inmunización independiente- está revisando la necesidad de una dosis de refuerzo en la adolescencia y considera que se debe estimar la carga de enfermedad en este grupo de edad. Y eso es, precisamente, lo que ha intentado hacer un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford en un estudio cuyos datos publicó la revista British Medical Journal.

En ese trabajo se analizaron muestras de saliva de 279 niños de cinco a 15 años que visitaron a su médico de cabecera por tos persistente -de dos a ocho semanas de evolución- y comprobaron que 56 tenían infección por pertussis (20%). El riesgo fue más de tres veces mayor en aquellos niños que habían sido vacunados (dosis extra antes del colegio) siete o más años antes que los que habían recibido la dosis en un periodo de tiempo inferior a ese plazo.

Otro estudio, en este caso español, publicado hace un año en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y realizado por investigadores como José María Bayas-Rodríguez o Lluís Salleras-Sanmartí, señalaba que "los cambios epidemiológicos detectados en los últimos años justifican la adopción de nuestras estrategias vacunales con la finalidad de proteger al lactante pequeño y disminuir la incidencia de la enfermedad en toda la población [...] La vacunación del adolescente y del adulto debería ser prioritaria".

En España, solo Madrid y Melilla decidieron adoptar la dosis de recuerdo de la vacuna contra la tos ferina en adolescentes y Cataluña ha iniciado este año una estrategia complementaria: vacunar a las mujeres en su último trimestre de gestación.