La creatividad de los campus gallegos no cesa. Las tres universidades presentaron 68 solicitudes ante la Oficina Española de Patentes y Marcas -una media de una cada cinco días- con el objetivo de registrar un artículo novedoso durante el pasado año, lo que supone un 26% más que en 2012, según los últimos datos de este centro, que depende del Ministerio de Industria. Eso sí, la productividad no fue similar en las tres universidades: mientras Santiago concentra casi la mitad de las patentes universitarias de la comunidad (32 en 2013), Vigo le sigue a gran distancia (22) y A Coruña sólo registró 14 nuevos artículos durante los últimos doce meses.

Siete de cada diez patentes que registran las universidades gallegas son nacionales (53), es decir, se solicita a nivel estatal el derecho a explotar en exclusiva un producto, lo que impide su fabricación, venta o uso por parte de terceros sin el consentimiento previo del titular. Un ámbito en el que la Universidade da Coruña (UDC) parece ir a contracorriente. Mientras en Santiago y Vigo aumentaron un 10 y un 12% el número de patentes registradas en un año -hasta llegar a las 22 y 19, respectivamente-, en el campus coruñés, los nuevos inventos descendieron un 29% en el último año hasta situarse en doce. Además, mientras las invenciones nunca bajaron de una veintena en Santiago en los últimos seis años, en A Coruña hay un mayor baile de cifras: cinco en 2010, ocho en 2011, 17 en 2012 y 12 en 2013.

Unas diferencias que se plasman en la posición que ocupan las universidades gallegas a nivel estatal respecto a otros campus. La Universidade de Santiago es la quinta -de un total de 34 españolas- con mayor número de patentes registradas desde el año 2005 (187) mientras que Vigo aparece en el décimo lugar (131 invenciones) y A Coruña en el puesto número 20 (79). El ranking estatal está liderado por la Universidad Politécnica de Madrid (que registró 405 invenciones en nueve años), seguida de la Politécnica de Cataluña (327), la Universidad de Sevilla (289) y la Politécnica de Valencia (187). En los últimos puestos, las universidades de Las Palmas y La Laguna (ambas en Canarias), con solo 45 y 49 patentes nacionales, respectivamente.

La historia prácticamente se repite al analizar los datos de las solicitudes de patentes internacionales PCT de las universidades españolas. Este tipo de solicitudes - en las que la explotación del invento queda protegida automáticamente en todos los países del tratado PCT y permite dilatar hasta 30 meses la solicitud de patente nacional en otro país- son minoritarias en toda Galicia, pero Santiago vuelve a situarse como líder de la comunidad. Mientras los equipos de investigación compostelanos registraron diez patentes de este tipo en 2013, los de A Coruña dieron de alta dos y los de Vigo, otras tres. En el cómputo de los últimos nueve años -el periodo de tiempo que compara el último informe de la Oficina Española de Patentes y Marcas- Santiago vuelve a situarse entre las cinco primeras universidades españolas, con 101 patentes PCT desde 2005. A Coruña y Vigo, sin embargo, se encuentran en el furgón de cola -en el puesto 38 y 39 de 46 universidades- con ocho patentes cada una.

A la hora de registrar una patente, la ley española es muy clara. Sólo permite patentar un procedimiento, un artículo, una máquina o un modo de fabricación, pero prohibe registrar como propiedad industrial las teorías científicas, la raza de un animal o patentes que vayan en contra del orden público. Además hay que cumplir con los principios de novedad y actividad inventiva, es decir, que no exista nada similar en el mercado y que la invención no sea algo obvio para un experto en la materia.