La parroquia de Grixalba en el municipio coruñés de Sobrado dos Monxes cuenta desde hace unas semanas con un nuevo vecino que ha revolucionado a sus habitantes. Se trata de un mastín marrón que llegó al lugar de Santó tras probablemente vagar perdido durante días ya que se encuentra muy delgado. Ante el estado del can algunos vecinos decidieron darle de comer mientras buscaban una solución para su futuro. "Nos dio mucha pena y le dimos de comer, pero tiene tanta hambre que te echa la boca al ir a darle e incluso ha comido alguna gallina", señala una vecina del pueblo, quien denuncia que el ayuntamiento se haya desentendido del caso y no colabore para buscarle un nuevo hogar a este perro.

"Los primeros días y después de que algunos vecinos le pegasen, decidimos darle algo de comer al perro", sostiene una vecina, quien asegura que el hambre del animal es tan grande que ha atacado incluso a gallinas de algunos residentes y temen que, debido a su tamaño, pueda causar algún problema a niños o mayores de la zona. "La ansiedad por comer hace que te eche la boca al ir a darle el alimento", relata una de las vecinas que ha alimentado al mastín desde su llegada a esta parroquia coruñesa.

Ante la imposibilidad de los vecinos de hacerse cargo del can, decidieron llamar al ayuntamiento para ver qué se podía hacer. "En el concello nos dijeron que no tienen sistema de lacería, no tienen convenio con ninguna perrera así que no pueden hacer nada y no pensaban venir a recogerlo", relata una vecina.

Pese a que en otros ayuntamientos donde no hay servicio de lacería es protección civil quien muchas veces se encarga de atender estos casos y buscar un nuevo hogar para el animal, en Santó el ayuntamiento, según denuncian los vecinos, se ha desentendido por completo. "Lo único que hicieron es que un día vino por aquí el alcalde con un saco de pienso para que alimentásemos al perro", relatan.

Algunos de los vecinos aseguran que se pusieron en contacto con algunas protectoras de animales, pero que por el momento nadie ha recogido al can, que sigue vagando por los caminos de este municipio coruñés alimentándose gracias a la generosidad de los vecinos de la zona.

La población de esta localidad reconoce tener sus sentimientos divididos ya que por una parte sienten pena por el estado en el que se encuentra el animal. "Está tan famélico que incluso come maíz", relatan. Pero temen que esta situación de hambruna pueda acabar provocando algún susto. Por ello piden al ayuntamiento o a las protectoras que se hagan cargo del animal.