El Fórum Gastronómico de A Coruña cerró ayer sus puertas con la cocina gallega como protagonista y con la vista puesta en la edición 2016, donde se espera repetir el éxito de público. Más de 15.000 personas pisaron los dos primeros días del Fórum la alfombra roja sobre la que se instalaron los 150 puestos en el recinto de ExpoCoruña, con más de 600 marcas representadas, que ayer recibieron la visita del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de la ciudad, Carlos Negreira, acompañados por miembros de ambos gabinetes.

Ambos confesaron que "repetirán" por la excelente calidad y servicios de esta feria muy gallega, con puestos de aceites, bodegas, cafés, carnes, congelados, conservas, distribuidoras, editoriales, embutidos, lácteos, maquinaria y utensilios de hostelería, pero en la que también se mostraron productos de otras autonomías, como el jamón de Cáceres.

Precisamente el jamón fue uno de los productos que degustó Núñez Feijóo en varios stands. Además, el presidente también alabó la calidad del pulpo a la gallega de Casalnova, el queso tierno de Campocapela o el helado de nata de Granxa O Cancelo, que degustó durante su paseo por entre los expositores.

La apuesta por la innovación de esta cita gastronómica ha sido una de las características que más ha sorprendido al presidente, que confesó a los directores del Fórum que está "encantado" con la iniciativa no solo por su dimensión, sino también por la calidad, pues se trata de "un evento con protagonismo gallego pero sin ser exclusivamente gallego".

La última jornada del Fórum sirvió para demostrar que la nueva cocina atlántica pisa con fuerza con su reivindicación del producto autóctono, la inspiración en la mar y la tierra, y platos que basan su fuerza en el sabor más que en los alardes técnicos. Algas, pescados y mariscos, hortalizas y verduras mimadas por los productores, razas autóctonas como el gallo y el porco celta y vinos locales son los principales protagonistas de este movimiento de cocina gallega que mira con orgullo a su entorno y a la tradición, trasladándola a un presente preocupado por el medio ambiente y la salud. En esta línea trabaja Iván Domínguez, al frente de Alborada, con una estrella Michelin y dos soles Repsol en A Coruña, y autor de la carta de Alabaster (Madrid), donde busca que "Galicia sea reconocible en el plato", con innovación sin efectismos, planteamientos muy atlánticos y sabores contrastados que juegan con ácidos y picantes como estimuladores del paladar.

Con una amplia trayectoria profesional que comenzó en los fogones del Ejército y continuó por otros estrellas Michelin como Casa Marcelo (Santiago de Compostela) y O Retiro da Costiña (A Coruña), ha hecho del mar el núcleo de sus propuestas, ya que un 70% de sus ingredientes provienen de allí. Este joven cocinero fue uno de los encargados de impartir ayer un taller en el Fórum. Yayo Daporta o Xosé Cannas fueron otros chefs gallegos presentes en el certamen.