El papa Francisco aseguró ayer que el aborto, las muertes en el trabajo y por desnutrición, así como dejar morir a los inmigrantes que viajaban en barcazas en el Canal de Sicilia, constituyen un "atentado contra la vida humana". El Pontífice se expresó así en un discurso al recibir en el Vaticano a los miembros de la asociación Ciencia y Vida en el que pidió "no olvidarse nunca de todos los atentados a la sacralidad de la vida humana".