Los gallegos no son muy golosos, aunque el catálogo de repostería de la comunidad se empeñe en desmentirlo. Apenas dedican a azúcar y dulces 172 euros por año. Pese a que esa cifra supone 14 euros más que en 2013 y casi diez más que la media nacional, la comunidad se sitúa en sexto puesto a la hora de invertir en los postres.

Tampoco sienten gran devoción por los refrescos y los zumos. Es el único capítulo en el que Galicia está por debajo de la media estatal en gasto: 234 euros frente a 288. Y muy lejos de la principal consumidora, Canarias, que le lleva 170 euros de ventaja. Si la bebida lleva alcohol, la situación cambia, aunque los gallegos se hallan entre los hogares que más recortaron en ese gasto, casi 20 euros. El año pasado dedicaron a vino, cerveza y otros alcoholes 173 euros, lo que provocó que bajaran desde el segundo puesto, tras Cataluña, al sexto lugar.