El dramaturgo Raúl Dans (A Coruña, 1964) ha ganado el XXIV Premio de Teatro Jardiel Poncela 2015 de la SGAE, dotado con 8.000 euros, por su obra Las canciones que les cantaban a los niños, ambientada en los encuentros entre los presos de ETA y las víctimas del terrorismo. El premio supone, además, la inclusión de la obra en el Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas y la publicación del texto en la Colección Teatroautor.

"Es un premio muy prestigioso, al que se presentan autores de todos los países de habla hispana. Me siento muy afortunado, agradecido y honrado. Gané algunos premios, sí, pero vivo cada nuevo reconocimiento con la misma alegría y la misma ilusión de cuando empezaba a escribir", aseguraba ayer el dramaturgo.

La obra está ambientada en las ciudades de Santiago y Vigo durante la primavera del movimiento 15- M, meses antes de que ETA anuncie, en octubre de 2011, el cese definitivo de la actividad armada, y se remonta a la década de los 80 del siglo pasado, los años del terrorismo más duro y de los GAL.

"El anuncio de ETA del cese de su actividad armada fue un acontecimiento histórico que ponía fin de una vez por todas la una época. Por otra parte, estaban los encuentros entre terroristas y familiares de víctimas que promueve la Vía Nanclares para la reinserción de presos de ETA. Me pareció un buen arranque para una historia, para tratar temas que me atraen como la culpa, el perdón, la redención... Esas son las raíces de Las canciones que les cantaban a los niños, un texto que, como todos los míos, está originalmente escrito en gallego", explica el autor coruñés.

Las ciudades de Santiago y Vigo están muy presentes en la pieza. "Sobre todo Vigo, con su paisaje urbano con montón de dureza. Era la ciudad gallega ideal para una obra tan cruda e inexorable como la que tenía en mente. La terrorista que protagoniza la obra se traslada a Euskadi con sus padres en la adolescencia, a finales de los 70. Allí toma contacto con el nacionalismo abertzale, entra en ETA y acaba comentiendo un atentado. Después de veinte años en prisión regresa a Galicia: en Santiago reside la familia de una de las personas que mató, y en Vigo viven ahora sus padres y una hija que tuvo antes de que la arrestaran. Por eso todo sucede en Galicia, creo que de una forma muy creíble", añade Dans.

El dramaturgo coruñés espera poder ver pronto su obra en los escenarios. "Escribo pensando siempre en la representación de mis textos y si esa representación no se produce, siento lástima y dolor. Los textos teatrales que no se representan son como hijos que nunca crecen, es algo antinatural. Esta es una pieza compleja en muchos aspectos, pero no en su puesta en escena. Son sólo cuatro personajes y casi no hay aparato escénico. Los personajes tienen carne y el texto está muy trabajado estructuralmente. Debería funcionar bien, pero eso nunca se sabe", concluye.