El Papa condenó ayer el "cáncer de la corrupción" y deploró la "explotación laboral" en Prato, una ciudad italiana que cuenta con una de las industrias textiles más importantes del país y donde murieron siete personas de nacionalidad china en diciembre de 2013 al incendiarse la nave industrial en la que trabajaban.

"Cada ser humano merece respeto, acogida y un trabajo digno. Mi recuerdo para los cinco hombres y dos mujeres de ciudadanía china que murieron a causa de un incendio en la zona industrial de Prato. Vivían y dormían en la misma nave en la que trabajaban, hacinados en un pequeño dormitorio construido con cartones. Esto no es trabajo digno!", denunció.

Durante su discurso, señaló que se trató de "una tragedia de la explotación".