Cuatro bancos de alimentos, con delegaciones en las principales ciudades de Galicia, cubren las necesidades de más de 100.000 ciudadanos de la comunidad. De sus almacenes salen, cada año, millones de kilos de solidaridad que garantizan un plato de comida diario a quienes la crisis económica ha dejado en peor lugar. Allí, nada caduca, tal y como reconoce el presidente de la Federación Gallega de Bancos de Alimentos (Fegaban), José Pita Chento, quien se muestra convencido de que "si toda la comida que se tira y se desperdicia volviese al circuito, nadie pasaría hambre". Aún así, resalta la "buena disposición" y el "sentimiento solidario" de las empresas y, sobre todo, de las ciudadanos de Galicia que, asegura, "se vuelcan con todas las campañas que organizamos". "Cuando hacemos las operaciones kilo en los supermercados, mucha gente se acerca y te explica que a ellos no les sobra pero que van a colaborar porque nunca se sabe cuál puede ser su situación el día de mañana", señala Pita Chento, quien insiste en que, en los últimos años, ha cambiado el perfil de la pobreza en la comunidad gallega, y pone en entredicho la "recuperación económica" de la que tanto se habla. "Alguna gente sí está encontrando trabajo, pero en condiciones precarias, con sueldos muy bajos. ¿Cómo va a vivir, por ejemplo, una pareja con dos niños y unos ingresos de 800 euros, o incluso menos, si tiene que pagar hipoteca, facturas y otros gastos corrientes? ¿Qué le queda para comer? No se puede hablar de recuperación hasta que no se genere empleo de calidad", remarca.