El cáncer de mama necesita grasa exterior para crecer, lo que podría abrir nuevas opciones terapéuticas para combatirlo, según un estudio de un equipo español de científicos que publicó ayer Nature Communications. El equipo descubrió que las células de mama tumorales necesitan recoger grasas del exterior y trasladarlas a su interior para poder seguir proliferando.

La principal proteína en este proceso es LIPG, una enzima localizada en la membrana que envuelve las células sin cuya actividad la célula tumoral no puede crecer. Los análisis de más de 500 muestras clínicas de pacientes con distintos tipos de tumores de mama revelan que el 85% tienen altos niveles de LIPG.

La novedad del descubrimiento radica en que, por primera vez, han puesto al descubierto la necesidad de las células tumorales de importar lípidos externos. "Esto podría representar un talón de Aquiles para el cáncer de mama", explican.