Presente en todos los tejidos del organismo, el colágeno es una proteína indispensable para la elasticidad, la firmeza o la consistencia de muchos de ellos. Con el paso de los años, la regeneración de esta sustancia va a menos, lo que en el caso de la piel, por ejemplo, se traduce en la aparición de arrugas o flacidez. Pese a que desde hace años se conoce su utilidad en el mundo de la estética para frenar los signos del envejecimiento, el colágeno cuenta con muchas otras aplicaciones médicas: desde ser clave para abordar la incontinencia urinaria o la atrofia vaginal posmenopáusica hasta ser utilizado para elaborar determinadas prótesis.

El colágeno hace tiempo que es uno de los aliados de la medicina estética contra el envejecimiento. Eso sí, si durante años se optaba por la inyección directa de colágeno de origen bovino en la zona en la que se querían corregir arrugas o dar mayor firmeza a la piel, ahora los tratamientos se encaminan a reactivar la formación de colágeno en el propio organismo. "Dejó de utilizarse la inyección directa por e riesgo de aparición de reacciones sistémicas, por su difícil manejo y porque tenía una rápida reabsorción, pero ahora se emplean procedimientos que tienen como finalidad la inducción de colágeno autólogo, es decir, de nuestro propio organismo", señala el médico del Servicio de Cirugía Plástica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) Juan García Barreiro.

Es el caso de varios de los tratamientos faciales que ofrecen en la actualidad muchas clínicas de medicina estética. Una opción es el relleno mediante ácido poliláctico, una sustancia que lucha contra la flacidez y que ejerce un "efecto lifting" gracias a que favorece la generación de nuevo colágeno en el organismo. Por ello, su efecto no es inmediato y no comienzan a verse los primeros cambios hasta pasados tres meses, según explican varias clínicas. Lo mismo ocurre con el relleno de trifosfato cálcico junto a ácido hialurónico -activan las células encargadas de generar colágeno- o el uso de radiofrecuencia contra la flacidez de la piel (las ondas calientan el colágeno de las zonas más profundas de la dermis mientras enfrían la parte superficial de la epidermis, lo que hace que las fibras de colágeno se contraigan y esto se traduce en que la piel se tensa).

También el cabello puede beneficiarse de las ventajas del colágeno. Algunos centros ya ofrecen la posibilidad de un tratamiento capilar que promete mantener el pelo "sano y fuerte". Lo primero es cubrir el cabello con una sustancia rica en colágeno y posteriormente recurrir a unas planchas especiales de ultrasonidos.

Una vez probada su eficacia en el mundo de la estética, la estimulación de colágeno ha dado el salto hacia otras áreas médicas como la ginecología. Ya es posible abordar patologías como la atrofia vaginal posmenopáusica -que causa sequedad, irritabilidad o dolor al mantener relaciones sexuales, entre otros síntomas- o las pérdidas leves de orina gracias a la laserterapia por vía vaginal. "El efecto térmico del láser en la pared vaginal hace que el organismo genere de nuevo colágeno", explica el ginecólogo coruñés Carlos Freire Bazarra, quien cuenta con esta técnica en su consulta desde hace dos meses y asegura que gracias a ella se solucionan de forma temporal muchos de los síntomas de estos problemas. "Con dos o tres sesiones es suficiente para notar mejoría y después simplemente se necesita una de mantenimiento cada uno o dos años", sostiene.

En el caso de la atrofia vaginal, la nueva generación de colágeno en la zona "hace que la vagina recupere las características previas a la menopausia" y en el de la incontinencia urinaria "se refuerza la pared anterior de la vagina". Las ventajas de este tratamiento es que es indoloro, no precisa hospitalización ni anestesia y ofrece resultados en cuestión de unos meses.

Pero la versatilidad del colágeno todavía no ha tocado techo en el mundo de la medicina. En 2013, la Universidad de Glasgow anunció que trabajaba en la creación de cartílagos o huesos con materiales sintéticos y biodegradables así como proteínas como el colágeno. Todo con el objetivo de acabar con las prótesis metálicas. "El colágeno es la molécula con más posibilidades ya que es de las que se tienen más experiencia clínica", señalaba uno de los investigadores de este estudio Manuel Salmerón. Ese año, científicos de la Universidad de Cornell ya diseñaron una oreja artificial en 3D que gracias al colágeno permitía el desarrollo de cartílago y ahora, un equipo de la Universidad de Northwestern acaba de diseñar el primer ovario artificial mediante impresión en 3D que elaboraron con un material derivado del colágeno, lo que permite que el ovario tenga vasos sanguíneos y pueda ovular. Trabajos que demuestran que el uso del colágeno todavía tiene mucho futuro.