Uno de cada cinco españoles, un 18,8%, asegura tomar antibióticos por su cuenta sin que se los prescriba su médico, según los datos del último Barómetro Sanitario 2015.

El consumo abusivo de estos fármacos es uno de los problemas que más preocupa a las autoridades sanitarias a nivel mundial porque, si no se usan de forma racional, las bacterias a las que combaten pueden acabar volviéndose resistentes.