Nada de horarios prefijados e iglesias cerradas. El papa Francisco lanzó el pasado domingo un mensaje a las parroquias de todo el mundo para que "mantengan abiertas sus puertas en todo momento" con el objetivo de que los fieles puedan acudir a la iglesia siempre que lo deseen. Una opción que ya es posible en A Coruña. Desde finales de febrero, la capilla del Convento de las Clarisas permanece abierta las 24 horas del día, algo que se consigue gracias a la labor de 360 voluntarios de la ciudad y la comarca que se turnan para que la capilla nunca esté vacía. "Es la primera capilla de adoración eucarística perpetua, es decir, donde la adoración al santísimo no se interrumpe nunca, que existe en Galicia", señala el coordinador general de esta iniciativa, Jesús Guillén.

Esta capilla, abierta de manera continua (excepto de 19.00 a 20.00 horas para su limpieza), se suma a otras 42 que la orden religiosa Misioneros de la Santísima Eucaristía ha abierto por todo el país. El objetivo es fomentar y lograr la "adoración perpetua del señor", señala Guillén, quien reconoce que en la práctica esto equivale a que la ciudad cuenta con una capilla "permanentemente abierta" a la que se puede acudir en cualquier momento para "orar, dar gracias o pedir si se tiene un problema grave". "Es un lugar para rezar, pero también para reflexionar", añade el vicario de la diócesis de Santiago en A Coruña, José Luis Veira.

Para conseguir que una capilla esté las 24 horas del día abierta esta orden religiosa busca voluntarios que se turnan para que la iglesia nunca esté vacía. "El padre Justo Lofeudo, que ya había abierto una capilla de adoración perpetua en Gijón, visitó durante dos meses una veintena de parroquias coruñesas para buscar voluntarios", señala el vicario episcopal. De momento, son 360 las personas inscritas y que de forma voluntaria han elegido una hora a la semana a la que acudirán a adorar a la capilla de las Clarisas. "El único requisito es que esa hora debe ser todas las semanas el mismo día y la misma hora para poder organizar los turnos", explica Guillén, quien resalta que aunque parezca extraño, "hay un número importante de voluntarios que eligen ir durante la noche y la madrugada".

Cuatro coordinadores -de mañana, tarde, noche y madrugada- se encargan de supervisar cada día que los turnos se realizan de manera adecuada. ¿Y qué ocurre si uno de los voluntarios no puede acudir a su cita o se va de vacaciones? "Está todo previsto, bastaría con que avisasen a los coordinadores de turno para que ellos cubran esa hora. Y en el caso de que una persona no pueda ir, pero sabe que habrá otro adorador a esa hora, ya no tiene que avisar a nadie", señala Guillén, quien explica que se seleccionó la capilla del Convento de las Clarisas, en la plaza de las Bárbaras, porque "sólo tiene una misa diaria y es una capilla muy recogida, en donde uno está muy tranquilo, muy bien".

Pese a estar abierta las 24 horas de los 365 días, esta capilla -a cuya inauguración acudió el arzobispo de Santiago, Julián Barrio- sólo hay una misa diaria y tampoco acoge confesiones. Eso sí, los fieles que lo deseen saben que cuentan con un lugar para orar y reflexionar abierto en todo momento, lo que hace que acudan personas a rezar incluso de madrugada. "Hemos tenido gente que sale de fiesta y después hace una visita y sobre todo, entre las 06.00 y las 07.00 horas, justo antes de la misa hay una afluencia numerosa", indica el coordinador general de este proyecto.

Estas capillas de adoración perpetuas, presentes también en ciudades como Madrid, Gijón, Marbella, o San Sebastián, cumplen con los requisitos que el Papa proponía hace unos días al conjunto de las parroquias. "Me sienta mal cuando veo horarios en las iglesias, de esta hora a esta hora, y después no se abre la puerta, no hay sacerdote, no hay laico que reciba a la gente. Omitid los horarios", indicaba Francisco el domingo. A Coruña se adelantó a esta recomendación.