Uno de cada tres niños vive en riesgo de pobreza o exclusión en España, lo que supone que las familias no les pueden cambiar las gafas, tienen dificultades para adquirir sus libros de texto, no pueden irse de vacaciones y en determinados contextos sufren problemas de malnutrición, según alertó ayer Unicef. La organización, que presentó ayer su informe Estado mundial de la infancia, describe un panorama desolador para el futuro de los niños en situación de mayor pobreza en el mundo si los gobiernos, los donantes, las empresas y las organizaciones internacionales no aceleran los esfuerzos para responder a sus necesidades básicas.

El director ejecutivo de Unicef Comité Español, Javier Martos, explicó que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social en España se sitúa en el 34,4%, aunque en algunos colectivos como las familias de padres migrantes alcanza el 60,3%. Con la crisis, señaló Martos, ha aumentado la pobreza infantil hasta alcanzar a 2,5 millones de niños y los colectivos que se encontraban en una situación de pobreza antes de la crisis se han visto más afectados, como las familias monoparentales, las numerosas, las de migrantes o las de gitanos. "En estos tiempos, lo que estamos viendo es que el hecho de tener niños es un factor de riesgo para que una familia sea pobre porque, como han bajado los salarios, hay una pobreza de trabajadores, de familias en las que uno de los padres trabaja, pero los ingresos no les permiten cubrir sus necesidades básicas", indicó.

A nivel mundial, el informe de Unicef alerta del "panorama desolador" que se prevé para 2030 si no cambian las tendencias actuales, ya que para esa fecha se calcula que 69 millones de niños morirán debido a causas evitables, 167 millones vivirán en la pobreza y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo aún niñas. "Las vidas de millones de niños se ven arruinadas por la simple razón del país, la comunidad, el género o las circunstancias en las que nacen", lamentó el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.

Por su parte, Save the Children denunció ayer que en España la violencia contra la infancia tiene "un nivel de tolerancia social muy elevado". Una afirmación que hizo el director general de la entidad, Andrés Conde, que pide más datos estadísticos y demanda una ley integral que luche contra todas las formas de violencia contra la infancia.

Por otro lado, Cáritas Europa instó ayer a los líderes que van a participar en la reunión del Consejo Europeo a "reconsiderar" el acuerdo entre la UE y Turquía sobre refugiados. En su lugar, les pide que garanticen el derecho a procedimientos de asilo justos, que abran vías legales y seguras para llegar a Europa, que cesen las devoluciones y las detenciones arbitrarias. "La situación actual supone una nueva amenaza a los valores europeos. Cáritas expresa su convicción en la capacidad de Europa para resolver esta situación con medidas a largo plazo basadas en la solidaridad", señala la entidad.