Se acaba el verano y nos sentimos "raros". Ya no podremos hacer lo que nos ha hecho felices durante este corto período y comenzamos a plantearnos que todo sigue igual. Los problemas que dejamos "aparcados" vuelven con fuerza a preocuparnos y nos sentimos de nuevo atrapados en una situación que nos agobia e impide que veamos con objetividad la parte positiva (que también la tiene). Mucho cuidado con que la situación se convierta en algo patológico y acude al médico si percibes que tú solo no puedes resolverlo. Seguro que te ofrece soluciones.

No podemos pensar en lo que hemos perdido o en el tiempo que falta para volver a disfrutar de las vacaciones. Transformemos la situación en algo positivo y afrontemos la "nueva vida" de la mejor manera posible. Seguro que encuentras alguna actividad que te ayude a recuperar "las ganas de disfrutar" y te permita sentirte bien.

Desde el punto de vista sanitario, hacer ejercicio, alimentarse adecuadamente y cuidar la mente constituyen los pilares de una buena vida. Mantenerlos en perfecto estado nos hará sentirnos sanos y felices? y solo se necesita constancia y trabajo para conseguirlo. No es tan difícil si nos organizamos bien y podemos pedir ayuda a los expertos para conseguirlo. Acude a tu médico si percibes que la situación te supera y no te automediques bajo ninguna circunstancia. Cualquier tratamiento debe ser pautado por él, ya que los efectos secundarios indeseables pueden incrementar tu problema.

Los hábitos alimenticios saludables se relacionan con la ingesta adecuada de calorías (para controlar el peso corporal) y la elección de alimentos y bebidas con un alto contenido de nutrientes y bajo porcentaje calórico. Elegir frutas, verduras y hortalizas frescas y de temporada sería la base de la alimentación sana que permite conseguir todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. No podemos obsesionarnos con perder rápidamente los quilos ganados con el relax veraniego porque las dietas milagro resultan perjudiciales para la salud. Cualquier medida dietética debe ser planificada por un especialista que se centrará en tus necesidades concretas y establecerá una dieta personalizada.

El ejercicio es fundamental para tonificar el cuerpo y mejorar la mente. Destacaría la necesidad de centrarse en tres puntos concretos: realizar ejercicios de resistencia muscular como parte central en el primer momento para mejorar el tono muscular y controlar las necesidades calóricas que permitan mantener las funciones básicas del organismo, aumentar la resistencia cardiovascular (caminar, correr o hacer bicicleta) para reducir la cantidad de grasa acumulada y hacer ejercicios de flexibilidad, para devolver a los músculos sus capacidades y acelerar la recuperación tras la práctica de ejercicio. Elegir el que mejor se adapte a ti puede parecerte complicado, pero no tiene que decidirlo solo. Acude a un especialista para que organice tu plan personalizado y obtengas todos los beneficios que deseas sin agotarte excesivamente y desanimarte con su realización.

A nivel mental los expertos señalan que es imprescindible lograr un equilibrio emocional porque esa situación permitiría organizar nuestra percepción de lo que nos ocurre realmente y no sentirnos mal y magnificar todo lo que ocurre que nos disgusta. Debemos ser conscientes de nuestras propias limitaciones y mostrarnos flexibles ante las situaciones estresantes que nos acechan a diario. No podemos automedicarnos para reducir la ansiedad aunque ya hayamos consumido determinados compuestos en ocasiones similares y creamos que resultan adecuados. Si es necesario seguir algún tratamiento, debe ser pautado por el médico.

No existen las recomendaciones generales porque no son válidas para todos los perfiles personales. No es lo mismo lo que necesita un niño (que está creciendo y se mueve continuamente), que un adolescente (normalmente sedentario, que adora la comida basura y los juegos de ordenador), que una persona que vive en la ciudad (que suele comer fuera de casa y vivir de manera estresante), que un trabajador manual (cuyas necesidades calóricas son más elevadas) o que una persona que trabaja en casa (muy sedentaria y que picotea todo el día). Cada sector de la población tiene unas necesidades concretas que deben ser tenidas en cuenta en el momento de plantear las diferentes opciones para disfrutar de una buena vida.