Cada dos por tres asistimos al nacimiento de nuevas apps y redes sociales que intentan arrebatar el trono a las que llevan con nosotros desde hace años. Las llaman las killer (asesinas) porque, a priori, van a acabar con ellas. Pasó con Google+. "La nueva killer de Facebook", anunciaron a bombo y platillo algunos. Y ahí está Google+. Mejor dicho: no está porque su uso es bastante paupérrimo.

Cuesta entrar en un mercado tan saturado como el actual con tantas aplicaciones y tantas redes sociales que surgen cada día como setas. La única que está teniendo éxito -de la nueva hornada- es Snapchat, la red social en la que los mensajes se autodestruyen. Y por eso está triunfando. Porque ofrece algo diferente.

La última killer que ha aparecido es Allo, que salió el pasado 21 de septiembre. Una app de mensajería que intenta hacerse un hueco en ese competido mercado dominado por WhatsApp y en el que también habitan Telegram, Line o Facebook Mensenger. Demasiada competencia.

Si no fuera por qué es de Google estaría abocada al olvido en unos meses, pero como es de Google hay que prestarle un poco más de atención.

¿Qué ofrece Allo? O mejor dicho, ¿qué ofrece Allo que no ofrezcan las otras? Es decir, ¿por qué deberíamos abandonar WhatsApp (o Line o Telegram o Facebook Mensenger) por esta nueva aplicación para chatear?

En principio, Allo es mejor que WhatsApp. Pero para ser mejor que WhatsApp no hace falta mucho. Parece mentira que Mark Zuckerberg (dueño de Facebook) se gastase 20.000 millones de euros en 2014 en una aplicación que prácticamente no ha evolucionado nada en ese tiempo.

Line o Telegram son mejores, pero en este mundo digital el que llega primero es el que manda. Aunque no hay que fiarse. Que se lo digan a Myspace o Tuenti.

Google Allo cuenta, por ejemplo, con la posibilidad de agrandar el tamaño de la letra de los mensajes, enviar stickers, pegatinas o gifs animados, escribir sobre las fotografías, mandar mensajes que se autodestruyen, notas de voz o archivos o un modo incógnito para que los mensajes solo los puedan leer el que los envía y el que los recibe.

Pero, en serio, ¿alguien cambiaría de aplicación de mensajería con la que chatea con sus amigos y familiares todos los días por esta que, básicamente, ofrece lo anterior y que otras apps ya lo tienen?

Cuando alguien va a sacar un nuevo producto al mercado o abrir un negocio debe preguntarse qué es lo que le diferencia de la competencia, cuál es su valor añadido que no ofrece el resto.

En el caso de Google Allo ese valor diferencial es la inteligencia artificial. La app promete ser cada vez más inteligente y aseguran desde Google que aprenderá gracias al feedback del usuario.

Por ahora su asistente virtual está en inglés, pero te dice que está aprendiendo español. Anticipa las posibles respuestas del usuario con una serie respuestas predeterminadas, responde a las preguntas que le hagamos (qué tiempo hace, dónde ir a comer, cómo está el tráfico), reconoce el contenido de una foto y mucho más. Parece ciencia ficción, pero no lo es.

El asistente de inteligencia virtual es algo que puede ser muy útil si se sabe utilizar. Pero, ¿Allo la usará una gran masa de usuarios? ¿O solo los más avanzados que siempre están probando lo último que sale? Esta respuesta no la tiene Allo, por mucho que haya salido de la fábrica de Google. O tal vez sí.