En silla de ruedas, a pie o desde el colo de papá. Con los amigos, los compañeros de clase o en familia. Un total de 3.500 coruñeses de todas las edades salieron ayer a la calle para participar en la tercera edición de la Carrera Enki, una prueba de obstáculos que bajo la consigna de promover la integración intenta visibilizar a las personas con discapacidad y demostrar que pueden participar en las mismas actividades que el resto de la población. Prueba de ello es que 300 de los corredores de esta singular carrera, organizada por la Fundación María José Jove, la Fundación Abrente y el Concello de A Coruña, tenían algún tipo de diversidad funcional.

El color y las sonrisas fueron los protagonistas de esta carrera donde no hay un ganador sino que los participantes -de forma individual o en grupo, pero preferentemente disfrazados- recorren sin prisa los obstáculos situados a lo largo de los dos kilómetros del recorrido que se ubicó entre el Palacio de los Deportes y el espigón del Orzán.

De este modo, padres, hijos, abuelos y amigos tuvieron que enfrentarse a retos tan dispares como atravesar una montaña de neumáticos o un laberinto de cuerdas, pasar por debajo de un camión del ejército o intentar sortear unas bolas gigantes que oscilaban de un lado a otro. Unas pruebas a las que se sumaron otras que hicieron las delicias de los más pequeños de la casa como la zona en la que era obligatorio reptar bajo unas redes mientras los organizadores tiraban harina a los participantes o la prueba en la que se recibía un baño de espuma. Además, los participantes pudieron conocer de primera mano lo que se siente al tener una discapacidad visual al superar la prueba de realizar un recorrido con los ojos vendados.

Masterclass de zumba, música constante y hasta un photocall en donde los grupos pudieron posar para llevarse un recuerdo del día completaban la oferta de la Carrera Enki, la única prueba de obstáculos por la integración que se celebra en la comunidad gallega y cuyo objetivo es educar en valores y en la diversidad, especialmente a los más pequeños.

Junto a la carrera se celebró la Feria de la Solidaridad, donde un total de 22 asociaciones que agrupan a personas con diversidad funcional pudieron explicar a los visitantes cuales son las tareas que desarrollan cada día y sus objetivos. Aspace, Parkinson Coruña, Alcer, Fundación Adcor, West Galicia, Asperga o Down Coruña fueron algunos de los organismos que quisieron participar en esta iniciativa.

El 100% del dinero recaudado con la inscripción en la carrera irá destinado a colectivos que ayudan a personas con algún tipo de discapacidad.