Apple acaba de celebrar el décimo aniversario de su icónico iPhone. Fue un 9 de enero de 2007 -aunque no saldría al mercado hasta el 29 de junio- cuando Steve Jobs presentó un modelo que revolucionaría el mercado de los teléfonos móviles.

Podemos o no estar de acuerdo con su precio -el más caro en estos momentos, el iPhone 7 Plus, cuesta 909 euros-, con que su sistema operativo es cerrado, su batería es interna, no tiene radio FM y unos cuantos defectos más, pero nadie puede negar que si no se hubiese inventado hace diez años la evolución de los smartphones habría sido otra. ¿Mejor? ¿Peor? Nunca lo sabremos. Pero lo que sí sabemos es que marcó el camino, y lo sigue marcando, de cómo deberían y deben ser los teléfonos inteligentes.

Hasta ese momento solo servían para hacer llamadas, mandar sms y poco más. Con pantallas pequeñas y funciones muy muy limitadas.

El iPhone no fue el primer smartphone, pero sí fue el que revolucionó con su aparición el mercado de los móviles. Por eso la revista Time lo reconoció como el mejor invento de 2007.

Con la llegada del iPhone se produce un antes y un después en el panorama de los teléfonos y marca, a partir de entonces, la agenda del resto de competidores.

Aún sigue siendo, pese a la brutal competencia de Samsung y de todos los fabricantes orientales, el estándar por el que se mide al resto de terminales.

Y sigue sin perder ese símbolo de estatus que tuvo desde el principio. No es lo mismo que alguien ponga encima de la mesa, por ejemplo, un iPhone 5 que un Xiaomi Mi5, pese a que en la comparativa este sea mejor y cueste menos de la mitad. Siempre ha habido clases y en los móviles también.

Hace diez años, la firma de Cupertino fue capaz de poner un pequeño ordenador en el bolsillo de todo el mundo (bueno, de todo el mundo que en ese momento quisiese gastarse 600 euros en un móvil), con una pantalla táctil, sin teclado físico y una interface muy amigable y sencilla. Y además ofreció la posibilidad de navegar por internet. Ahora parece algo normal, pero hace diez años no lo era. La pantalla táctil tampoco fue un invento de la compañía de Cupertino pero fue la que mejor supo utilizarla en ese momento.

El smartphone más famoso del mundo logró romper con la apariencia y la experiencia de uso de las terminales clásicas que ofrecían en ese momento Blackberry, Motorola o Nokia. Por cierto, ¿dónde están ahora estas empresas? Las tres son un claro ejemplo de que si uno no se renueva acaba por morir. El iPhone, por su parte, lleva más de 1.000 millones de unidades vendidas y supone dos tercios de la facturación de Apple. Por cierto, solo cuesta fabricarlo 200 euros, aunque el diseño y la invención de toda la tecnología que lleva dentro también hay que pagarlos.

Dos años después de la aparición del iPhone llegaría la Apple Store, la tienda virtual donde se pueden descargar más de dos millones de aplicaciones para instalarlas en el móvil. Ahora parece otra obviedad, pero en aquel momento fue otro tanto que se apuntó la marca de la manzana mordida. Poco después la copiaría Google con su Google Play. Pero, una vez más, Apple había golpeado primero.

¿Y el futuro? "Lo mejor está por venir", reconoció el CEO de Apple, Tim Cook, hace unos días. Quizá sin la presencia del gran visionario Steve Jobs sea un poco más difícil de creer, pero ¿y si tiene razón? Apple también inventó las tablets con el iPad y el resto les tuvieron que seguir. ¿Volverá a hacerlo?