Pese a que en las farmacias hay lista de espera para conseguir la vacuna de la meningitis B e incluso algunos padres viajan hasta Portugal para conseguir esta inyección, que no está incluida en el calendario de vacunación infantil, existe también una corriente de progenitores que son reacios a inmunizar a sus hijos con este tipo de fármacos.

Según el Barómetro del Ministerio de Sanidad, el 7,4% de los encuestados considera que las vacunas infantiles "conllevan más riesgos que beneficios" y un 8,4% asegura que es mejor que los niños pasen la enfermedad de forma natural.