Durante la primavera, se registran elevadas concentraciones de polen que pueden provocar en muchas personas diferentes problemas asociados a ello. Resultan especialmente afectados los usuarios de lentillas en los que se presenta una incomodidad ocular que puede llevarles a renunciar a su utilización. Consulta a tu oftalmólogo o a tu óptico de confianza lo que puedes hacer para reducir los síntomas y sigue sus indicaciones.

En primavera recuperamos hábitos saludables y volvemos a disfrutar del aire libre. Esta situación idílica resulta complicada para quienes padecen alergias que, además de problemas respiratorios, les producen alteraciones a otros niveles como por ejemplo los ojos. Lo más frecuente es la aparición de la rinitis alérgica estacional (fiebre del heno) derivada de la gran cantidad de polen que flota en el ambiente debido a que coincide con la floración de árboles y plantas.

Esta alergia estacional provoca síntomas variados entre los que destacaría: congestión nasal, estornudos, tos, picor en la nariz y la garganta, etc. A nivel ocular, también se aprecian alteraciones como:

-Picor y enrojecimiento, resultado de la irritación y ensanchamiento de los diminutos vasos capilares de la conjuntiva, con el resultado de rojez.

-Sensación de cuerpo extraño.

-Hinchazón de los párpados.

-Lagrimeo, ya que las glándulas de la conjuntiva reaccionan produciendo más lágrimas de lo normal.

-Fotofobia o sensibilidad a la luz.

Estas molestias se deben a la inflamación de la conjuntiva (membrana mucosa que cubre el ojo y el interior de los párpados) y se denomina, de manera general, conjuntivitis alérgica (que padece hasta un 25% de la población). Cuando la persona alérgica entra en contacto con el polen, su sistema inmunitario reacciona de manera inapropiada porque lo considera un ataque del que debe defenderse. El organismo produce anticuerpos contra el alérgeno y se liberan ciertas sustancias químicas (entre ellas, la histamina) que desencadenan los síntomas característicos de la alergia. Además del polen primaveral, también pueden producir conjuntivitis alérgica los ácaros del polvo y la caspa de los animales domésticos, así como algunos productos de belleza.

Son muchos los usuarios de lentes de contacto que piensan que lo mejor es dejar de utilizarlas en primavera y optar por las gafas para evitar que estos problemas se incrementen por su uso. En realidad, actualmente resulta posible evitar o disminuir la incomodidad ocular derivada de las alergias estacionales siguiendo las indicaciones del médico y utilizando las lentillas adecuadas a las necesidades visuales y estilo de vida del paciente concreto.

En el mercado podemos encontrar lentes desechables con diferentes frecuencias de reemplazo. De entre todas las existentes, las desechables diarias pueden ser la mejor opción para las personas que padecen alergias oculares, ya que impiden cualquier acumulación de agentes alérgenos en su superficie.

Lo más importante es que para cualquier lente de contacto y en todas las circunstancias deberíamos seguir unas correctas pautas de mantenimiento, ya que la limpieza y desinfección al final del día garantizan que no se formen depósitos en la lente que puedan acabar provocando incomodidad ocular. De manera general, los expertos recomiendan:

-Si usas lentes de contacto, es conveniente que limites su uso cuando tengas conjuntivitis para no agravar la irritación ocular. También puedes optar por utilizarlas sólo por la tarde, cuando descienden los niveles de polen en el ambiente.

-Procura no salir a pasear por el campo o por parques, donde suele haber una mayor concentración de polen en el ambiente.

-Cuando viajes en coche, mantén subidas las ventanillas para evitar la entrada del aire.

-Utiliza gafas de sol para protegerte del polvo y del resto de partículas en suspensión.

-Evita la exposición a ambientes cargados de polvo, con animales domésticos o con agentes irritantes que agraven los síntomas (humo, cloro de las piscinas, etc.).

-En casa, evita la acumulación de polen cerrando las ventanas y manteniendo las superficies limpias (utiliza una bayeta húmeda para favorecer su eliminación).

-Utiliza humidificadores y aparatos de aire acondicionado que dispongan de filtros específicos para el polen.

-Extrema tu higiene diaria. Al regresar a casa dúchate y cámbiate de ropa, pues el polen puede depositarse en el pelo y en las prendas.

-Lávate las manos con frecuencia y procura no tocarte la zona ocular.

-Evita frotarte los ojos porque aumentará el picor.