Uno de los requisitos que la Xunta puso encima de la mesa para negociar el nuevo mapa de titulaciones es que no haya un incremento del tamaño del sistema universitario gallego, es decir, que si se crea un título nuevo se haga a costa de otro. Pero eso ya ocurre ahora: para el próximo curso académico, el 2017-2018, el número de plazas ofertadas por el sistema universitario gallego es de 11.480, lo que supone 60 menos que este año, a pesar de que los aspirantes a cursar algún estudio superior podrán escoger entre un número de titulaciones mayor, hasta un total de 164. Aunque las vacantes son casi calcadas a las del año pasado, si se echa la vista una década atrás, cuando las tres universidades gallegas sumaban 13.985 puestos de nuevo ingreso, la reducción sería de un 18%.

La oferta de plazas para 2017-2018 que publicó ayer la Comisión interuniversitaria de Galicia (CiUG) -pendiente de validar aún por el Consejo General de Política Universitaria, aunque en principio sería un mero trámite- no es exactamente la misma que acordaron las tres universidades en sus consellos de goberno. La difundida ayer es la "autorizada" por la Consellería de Educación. El procedimiento normal es que las universidades aprueben una oferta de plazas que se le traslada a la Xunta. Educación "analiza y revista esas propuestas e introduce las modificaciones que considera teniendo en cuenta todos los criterios" y que suelen ser "mínimas", señalan desde el departamento educativo autonómico. Sin embargo, hay bastantes cambios respecto a las proposiciones realizadas desde los campus, empezando por la carrera de Medicina, que acogerá el próximo curso 360 alumnos de primero, los mismos que este, aunque en Santiago apostaban por recortar en una decena los nuevos admitidos.

Esos cambios pueden incluir que uno de los títulos que iba a ser no sea. Se trata de la simultaneidad de estudios, conocida como doble grado, en A Coruña, de Humanidades e Información y Documentación. En la Universidade da Coruña (UDC) aprobaron diez plazas para la nueva titulación de grado, pero ni uno le conceden en el listado "autorizado" por la Xunta, que tampoco da luz verde a que la UDC suba la cuota ligeramente en carreras como Derecho o la doble de ADE y Arquitectura. Lo que sí le permite la Administración es reducir en 25 los alumnos de Relacións Laborais del campus de A Coruña, que imparte un centro adscrito. Es el único cambio en la universidad coruñesa.

Tampoco la Universidade de Vigo -dejando al margen siempre la titulación de Ingeniería en Mecánica impartida en Marín- afronta demasiadas variaciones este año. En el cómputo global solo pierde seis alumnos, y vienen de restar los que pierde el grado de Comercio, porque los que se reducen en Turismo y Geografía e Historia se "destinarían" al doble grado que nace el próximo curso (y al que la Xunta ha dado luz verde con su inclusión) con diez plazas. Además, al doble grado de ADE e Informática se le restan cuatro alumnos que se reparten entre ambas carreras.

Santiago es la que sufre más "ajustes", como definen fuentes universitarias estas pequeñas oscilaciones que sufre cada año la cifra de alumnos de nueva admisión, en un mayor número de grados. La universidad con más vacantes -aporta 4.468, mientras Vigo este año ofrece 3.707 y A Coruña 3.305- ve cómo se cae de la lista oficial el doble grado de Geomática e Ingeniería Civil, aunque a cambio se introduce el de Farmacia y Óptica, además de incorporar también en el campus de Santiago el doble de Maestro de Infantil y Primaria, que hasta ahora solo se impartía en el de Lugo.

Entre las curiosidades, está el hecho de que la Xunta adjudique 45 plazas al grado de Lengua y Literatura Españolas en Lugo, casi el doble de las 25 de las que disponía para este curso académico. Diversas variaciones en 18 títulos universitarios (incluidos los nuevos) dejan al final el contador de la Universidade de Santiago con una oferta 29 plazas inferior a la de un año atrás.