El Corredor de O Morrazo se cobró ayer su quinta víctima mortal en apenas dos meses, un joven de 26 años y vecino de Moaña.

María José Soliño había salido de su casa más temprano de lo habitual para ser un sábado. Atravesó Vigo y enfiló el Corredor de O Morrazo con la intención de recoger a su hermana, que vive en Cangas, para acudir a un examen de la Xunta en Silleda. Pasaban pocos minutos de las siete de la mañana cuando su Ford Mondeo fue arrollado por un Renault Clio ya casi en la salida de la vía rápida a Cangas. Cuando se dio cuenta, estaba en medio de un montón de hierros. El Renault Clio lo conducía el joven de 26 años Eloy Santomé Pequeño, que regresaba de Cangas a la parroquia moañesa de Berducedo, en donde residía.

El encuentro fue mortal para el joven, que falleció en el acto, se trata de la quinta víctima mortal que se cobra el Corredor do Morrazo en menos de dos meses, mientras que la mujer de 44 años fue dada de alta tras pasar una revisión en el hospital vigués de Povisa.

La versión que María José Soliño Molanes ofreció a los que la atendieron: miembros del 061, Protección Civil de Cangas y Guardia Civil de Tráfico, fue que lo último que recordaba era ver como el vehículo que iba delante del suyo, un Ford Escort, hacía indicaciones con su intermitente derecho como si quisiera apartarse ya para la salida a Cangas. Ella siguió en el carril y se encontró de repente con el Renault Clio.

Los agentes tomaron datos de los vehículos y comprobaron que el velocímetro del coche del joven marcaba 160 kilómetros por hora y alcanzaba las 4.000 revoluciones. El de María José Soliño, apenas llegaba al número 90. Los servicios de emergencias apuntaban a que el exceso de velocidad del Renault Clío podría haber provocado la invasión del carril contrario y el impacto con el Ford Mondeo. El vehículo que venía delante logró esquivarlo.

Eloy Santomé pertenece a una conocida familia de Berducedo (Moaña). Su hermano mayor había participado en algún rally y él también era aficionado al mundo del motor.

Según los miembros de los equipos de emergencia que la atendieron, María José Soliño estuvo siempre consciente. En todo momento hizo caso de las indicaciones del 061 y del equipo de Protección Civil de Cangas que procedía a su excarcelación. Sus piernas estaban atrapadas en el salpicadero y pudo salir casi indemne de esta colisión frontolateral. Presentaba un golpe en la cabeza con un corte y varios en uno de sus brazos. También se quejaba de un dolor en el tórax. Pese a que a simple vista su estado no revestía peligro, María José Soliño fue trasladada al hospital y fue dada de alta al terminar la revisión rutinaria. El cadáver de Eloy Santomé fue excarcelado por los bomberos del Parque Comarcal de O Morrazo.

Las cinco víctimas mortales que hubo en los dos últimos meses se produjeron en tres accidentes y en todos ellos, independientemente de la velocidad, hay un denominador común: la invasión del carril contrario, en esta vía no hay medianas que separen la calzada.

Muy cerca de donde se produjo el accidente vive el concejal del PP de Moaña, Ángel González. Él también se había levantado temprano y vio desde su casa todo el alboroto que había en el Corredor de O Morrazo.

Decidió bajar y, por una pista de servicio llegó a la alambrada de la vía rápida, donde pudo ver de cerca el amasijo de hierros en el que se había convertido el coche de la quinta víctima mortal de este año en el corredor. Le llamó la atención la distancia que había entre los dos vehículos siniestrados, alrededor de 60 metros separaban a los utilitarios. Los servicios de emergencias informaron al edil de que una vez más en esta vía morracense, un vehículo había invadido el carril contrario y había chocado con otro coche.