Un hombre de 82 años mató presuntamente a su mujer, que responde a las iniciales C.M.G. y que tiene 80 años, tras lo cual habría intentado suicidarse. Al parecer, el suceso se produjo justo antes de ser llevados a una residencia de ancianos, según informaron fuentes de la investigación.

El cadáver, que presentaba dos heridas de arma blanca, fue localizado por una cuidadora en una vivienda situada en el primer piso de un edificio de la calle Francisco Pacheco, en la barriada de Carretera de Cádiz.

El Grupo de Homicidios de la Comisaría malagueña se hizo cargo de la investigación y apuntan a un caso de violencia de género y que el marido sería el presunto autor de la muerte de la mujer.

La trabajadora alertó del hallazgo sobre las 11.30 horas. En la casa también se encontraba el marido, de 82 años, que presentaba lesiones de arma blanca.

Según fuentes de la investigación, el matrimonio contaba con dos cuidadoras y, al parecer, fue en el momento del relevo de ambas cuando el marido aprovechó para supuestamente acabar con la vida de su mujer y autolesionarse.

En un comunicado desde la Subdelegación del Gobierno de Málaga se informó de que no existían denuncias previas por malos tratos en la pareja ni medidas de protección.

El anciano pasará a disposición judicial tras su alta médica, prevista en cuanto pase una valoración psiquiátrica al no revestir gravedad sus heridas. El hombre, cuyo nombre corresponde a las iniciales S.M.C. y que presenta cortes en el cuello y en el abdomen, permanece bajo custodia policial en el Hospital Clínico Universitario de la capital, aunque se espera que el alta lo reciba a lo largo del día, informaron a Efe fuentes del centro sanitario.

Un vecino del edificio donde vivía la víctima, en la barriada de Huelin, aseguró a los periodistas que se trataba de una familia normal y que aparentemente todo iba bien en ella.

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, condenó lo ocurrido y expresó su "total repulsa", ya que con este caso de violencia de género, el número de víctimas mortales asciende a 53, siete más que en 2009.

Tras conocer que no existían denuncias previas por malos tratos ni medidas de protección, Aído quiso hacer llegar a las víctimas que "tienen a toda la sociedad, a todas las instituciones y administraciones a su lado; sin fisuras".

Además, la ministra de Igualdad recordó a toda la sociedad que "está en manos de todos acabar con los silencios individuales y sociales que amparan la violencia" e indicó que "hay mecanismos de atención, medidas de protección y prevención que sólo se activan cuando se tiene conocimiento de la situación".

Para concluir, la dirigente socialista añadió que "saben que es difícil, pero hay que denunciar porque es la única manera de proteger a las víctimas y acabar con el dolor, el desprecio, la injusticia y la violencia a las que se someten las mujeres".