Un tribunal popular integrado por nueve ourensanos resolverá el maquiavélico plan criminal que, desde este lunes y hasta el miércoles, en sesiones de mañana y tarde y sin contar la deliberación del veredicto, llevará al banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial a la exmujer, a la hija, a su novio y al supuesto sicario portugués que presuntamente fue contratado -y acumuló unos 6.800 euros en diversos pagos- para que asesinara a Bernardino Pousa Rodríguez, un conductor de autobús de Verín de 59 años que fue sucesivamente golpeado y degollado, en septiembre de 2011, al regresar a la cochera de su empresa tras la última ruta a la costa del verano. Antes del fatídico día hubo tres intentos previos fallidos.

La ambición por los miles de euros ahorrados y el amplio patrimonio en inmuebles en Ourense y Vigo que atesoraba el fallecido tras décadas de trabajo como emigrante y retornado, más los celos y las rencillas moldearon un crimen cruento. Bernardino estaba decidido a sellar el divorcio frente a la resistencia de su ex.

Los cuatro implicados -todos en prisión preventiva- se exponen a condenas de 17 a 25 años de cárcel, así como a un destierro en la práctica, ya que con el castigo irían impuestas tres décadas de alejamiento de Verín, por un asesinato presuntamente urdido en el seno de la propia familia. Las acusaciones particulares solicitarán, además, 80.000 euros para el hermano del fallecido y 120.000 en favor de sus nietos, los vástagos de la hija acusada.