Dos encapuchados armados con pistolas perpetraron ayer un osado atraco en una gasolinera de Chapela, a plena luz del día y con media docena de clientes en su interior, incluida una niña. La peor parte se la llevó un vendedor de la ONCE a quien pegaron varios puñetazos para acabar arrancándole la bandolera con el dinero, pese a las advertencias del empleado de la estación de servicio que repetía a los ladrones que el hombre es sordomudo.

Los asaltantes, que ordenaron a los clientes ponerse en un rincón, se hicieron con el dinero de la caja registradora, pendiente de valorar, si bien la cantidad no sería muy importante porque no dejan que se acumulen cantidades grandes y se van retirando a lo largo de toda la jornadas.

El atraco se produjo sobre la una del mediodía. Los dos asaltantes llegaron en moto, con el rostros cubierto y guantes y ropa de moteros. En la puerta de la gasolinera se encontraron con el vendedor de la ONCE y lo llevaron al interior, detrás del mostrador y a la altura de la caja registradora. Con las pistolas intimidaron a los usuarios, a quienes ordenaron situarse en un rincón. Uno de los atracadores se abalanzó sobre la caja registradora, intimidando al empleado que se encontraba allí, mientras su compañero se metía por detrás del mostrador. Tras dar dos puñetazos en la cara al discapacitado, le robaron la bandolera, causándole fuertes rozaduras en el brazo y en la cintura.

Sito, un veterano empleado de la gasolinera Repsol de Chapela, estaba en la tienda y fue víctima del atraco. No es el primero, ya le tocó otro una madrugada, pero ayer por la tarde tenía el nerviosismo de lo ocurrido en el cuerpo. "El asalto fue muy rápido. Estaba en la caja y pendiente del horno, pues tenía varios clientes que venían a comprar el pan y el Faro y los vi de repente. Totalmente cubiertos, con cazadora, guantes y ropa de moteros, creo uno llevaba hasta un pañuelo. Tenían una pistola cada uno y mandaron a la gente que fuera al rincón, incluida una niña. Me quedé firme y les repetía que José Manuel es sordomudo, pero le pegaron igual. Cogieron el dinero y se fueron muy rápido en la moto. Entonces avisé a una ambulancia y a la Policía. Los sanitarios atendieron a José Manuel", relata.

Poco después se comprobaba en las grabaciones de seguridad que las matrículas de la moto correspondían a un coche. Algunos testigos apuntan que la moto fue abandonada en Chapela y ya está en poder de la Policía Nacional. Una patrulla de la comisaría y otra de la Policía Local acudieron al lugar de los hechos e iniciaron la investigación.