La Guardia Civil investiga quién pudo haber arrojado a tres cachorros a un pozo de alquitrán en una finca de Cartagena, aunque tampoco se descarta la posibilidad de que los animales cayeran de forma accidental. Uno de ellos falleció y otros dos se encuentran muy afectados por el alquitrán, que cubría completamente su rostro y su pelaje, aunque los especialistas que les atienden en un centro de tratamiento de animales creen que no tienen dañados sus principales órganos internos.