Los cuatro policías de la unidad de Estupefacientes de la comisaría de Ourense imputados por su vínculo con confidentes y que cayeron en una redada contra el tráfico de drogas han solicitado la baja psicológica.

La comisaría les notificó ayer la apertura de un expediente y anuncia que las pesquisas sobre estupefacientes serán atendidas ahora por otras unidades, al haber quedado desmantelada la que integraban los agentes. La Dirección General de la Policía tiene la potestad de imponer la suspensión cautelar de empleo y sueldo, si bien el SUP, que ha defendido el honor de sus compañeros, luchará por que no los aparten.

Por otra parte, el magistrado Leonardo Álvarez, responsable de la instrucción de estas diligencias firmó ayer las citaciones para interrogar a los dos agentes que no llegaron a ser detenidos, a otras dos personas investigadas y a siete testigos. Unas citaciones que están ahora en trámite de notificación.