En bicicleta, con casco y portando una mochila. Así solía salir cada noche José Ángel de Vigo en la que fue hallado muerto el martes. Recorría lugares donde había contenedores y cargaba la bici con un sinfín de bolsas de basura, con enseres viejos que otros habían tirado... "Te lo encontrabas por la carretera a medianoche o antes; e incluso de madrugada; cargado hasta arriba, todo le valía...", describen en la zona. Y de vuelta a su casa, tiraba todos los desperdicios allí.

Solitario y sin apenas relación con el vecindario, tenía sin embargo una intensa vida virtual y, de hecho, fue ahí donde le echaron de menos. Una de sus más de 3.500 amigos en Facebook fue quien alertó desde Tenerife preocupada porque el hombre llevaba seis días sin dar señas en la red social. Tampoco contestaba al WhatsApp.

Con el paso de los años los desechos comenzaron a inundar el porche y la parte de atrás del inmueble. Hasta el punto de que la entrada principal a su casa quedó inutilizada y para acceder por la trasera debía caminar, haciéndose hueco, sobre montañas de desperdicios. Así, en estas condiciones, pasaba los días este vecino de Vigo afectado por el síndrome de Diógenes.

El informe preliminar de la autopsia confirma que el fallecimiento fue por causas naturales y apunta a que cuando fue hallado podría llevar unas 72 horas muerto. A la espera del dictamen forense definitivo, la hipótesis de la Policía Nacional para esta muerte súbita es que se habría desplomado tras sufrir una indisposición.

José Ángel, cuya situación no era conocida por los servicios sociales municipales, llevaba unos diez años en esa vivienda. En el vecindario se comenta que antes había residido en Teis y que tenía una hija.