"Al médico le dije que me golpeé con una rama", aseguró ante el juez de Cangas una de las supuestas víctimas de los Morones. Mediante vidoeconferencia, desde un lugar sin identificar, con la voz distorsionada y con su imagen en la sombra, dos testigos protegidos declararon ayer en la causa que investiga supuestas agresiones y coacciones a vendedores ambulantes, así como presuntos delitos de fraude y organización criminal que mantienen en prisión provisional a Sinaí Giménez y sus hermanos Juan Paulo, Saúl y Marino, además de en arresto domiciliario a su padre y patriarca Olegario Giménez.

Ambos testigos aseguraron que los Morones amenazaba de muerte a cooperativistas e incluso uno de ellos manifestó que fue víctima de una agresión con un palo, por la que tuvo que acudir al médico para que le diera varios puntos de sutura. En el interrogatorio ante el juez que lleva la causa, David Pérez Laya, estuvieron presentes el fiscal los abogados de los Morones y el de los testigos protegidos.

El testigo número 4 declaró que Sinaí Giménez les obligaba a estar en la cooperativa y pagar una cuota, que los amenazaba con pegar un tiro si no cumplían lo que él decía. Declaró que el control de la cooperativa lo ejercía, además de Sinaí Giménez, su padre, Olegario.