"Es un caso complicado". Con estas palabras, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, definía ayer una desaparición, la de la joven de 18 años Diana Quer, repleta de interrogantes e incógnitas y cuyas circunstancias continúan siendo un misterio.

Desde la madrugada del 22 de agosto, cuando se la vio por última vez, no hay pistas sobre el paradero de esta chica que desapareció en A Pobra do Caramiñal, su localidad de veraneo. Detalla que existe "secreto de sumario" y que "serán llevadas a cabo todas las actuaciones que se consideren oportunas bajo la instrucción del juzgado correspondiente".

Con el foco mediático de las últimas jornadas en la tensa relación entre los padres de la joven, que se evidenció públicamente a raíz de la retirada cautelar de la guarda y custodia de su hija pequeña Valeria a la madre a favor de su exmarido, el mutismo oficial sobre el devenir de las indagaciones de la Guardia Civil para dar con Diana es absoluto.

Ayer trascendía que la Guardia Civil ha realizado un nuevo registro en la vivienda de A Pobra donde pasaba el verano con su madre y su hermana en los que se ha llevado objetos personales de la desaparecida para analizarlos y buscar pistas que permitan tirar del hilo en este confuso caso.

La agenda personal de la chica, un cepillo de dientes y un cepillo para el pelo para el caso de que haya que realizar pruebas de ADN y unos medicamentos son algunos de los enseres en manos de los agentes, según desveló el programa de Antena 3 Espejo Público.

Hoy se cumplen 13 días sin noticias de Diana. Las batidas realizadas el jueves y ayer resultaron infructuosas y por el momento permanecerán suspendidas.

En la segunda jornada la búsqueda se centró en la zona montañosa de A Curota y el grupo estuvo formado por medio centenar de personas, entre voluntarios y efectivos de Policía Local, Protección Civil y Guardia Civil, que es el cuerpo que dirigió y dio las pautas en estos rastreos.

No se encontró nada que arroje luz sobre Diana. Únicamente apareció una mochila, pero pronto se descartó que tuviese vinculación con el caso. Algunos de estos voluntarios conocían a Diana Quer y por ello se han sumado a este operativo. La montaña de A Curota, de algo más de 600 metros de altura, es el punto de mayor visibilidad de las Rías Baixas y cuenta con pronunciadas pendientes, numerosos torrentes y cascadas de agua, que vierten a los ríos Pedras y Sieira.

Toda esta localidad se está volcando con un suceso que ha creado gran consternación y en los establecimientos de la villa siguen los carteles colgados con la imagen de Diana y los teléfonos a los que hay que llamar en caso de que alguna persona quisiese facilitar información al respecto.

El delegado del Gobierno conformaba en declaraciones a los periodistas tras la celebración del Día de la Unidad de la Fuerza Logística Operativa (FLO) que, sin resultados en estas batidas, por el momento no hay "ninguna novedad" en el caso.

Tras apelar al secreto de sumario impuesto por el Juzgado de Instrucción 1 de Ribeira, el que lleva el asunto, sí precisó que se están "extendiendo" las investigaciones, en el sentido de que se están realizando interrogatorios no solo en Galicia, sino también en Madrid, donde reside la chica.

Los agentes indagan en el circulo más cercano de familiares y amigos de la chica en busca de pistas, y continúan tomando declaración a toda persona relacionada con la joven. Sobre lo que no se pronunció Santiago Villanueva, que espera que el caso se resuelva "de forma positiva" y que insistió en la importancia de la colaboración "de los vecinos" en el sentido de que no duden en comunicar a los investigadores cualquier dato que les pueda parecer relevante, es en si la madre de la desaparecido ha sido citada para declarar de nuevo ante la Guardia Civil.

Al respecto de esto, el abogado de la mujer señaló a primera hora de la tarde de ayer que su cliente no había sido citada ante la Benemérita. "Lo que sí puedo decir es que desde el momento de la desaparición (de Diana) su madre ha estado colaborando constantemente con los agentes", señaló el letrado, con despacho en Majadahonda (Madrid).

Tras conocerse que el Juzgado de Instrucción número 2 de Ribeira decretó de oficio retirar cautelarmente a Diana López-Pinel la custodia de su hija pequeña Valeria, la menor se trasladó a Madrid, mientras que la madre continúa en A Pobra.

El jueves su exmarido y padre de la joven, Juan Carlos Quer, manifestó públicamente que esta medida llegaba "muy tarde" y que sus hijas "no estaban bien" con su progenitora. "La situación por la que atravesaban las niñas era límite; yo sólo recibía de ellas llamadas de socorro; Diana estaba en un momento especialmente vulnerable", dijo.

Unas palabras que evidencian la tensa situación por la que pasaba la familia a raíz del divorcio y que, según se desprende de ellas, habrían hecho mella en el ánimo de las hijas de la pareja. Y unas palabras que han indignado al círculo más cercano a la madre de Diana. Además, continúa haciendo llamamientos para que, si alguien puede aportar cualquier dato, así lo haga.

Una amiga que ejerce como portavoz de ella describió ayer que la mujer está "destrozada" por la situación creada durante las últimas semanas. "En vez de unirles el dolor, él (en referencia a Juan Carlos Quer) se aprovecha de hundirla más (a su exmujer)", dijo esta mujer en Telecinco, calificando de incierto lo relatado por el hombre.

"Diana tenía una complicidad preciosa con su madre; a ella y a su hermana les gusta estar con ella", añadió la mujer, lamentando que las manifestaciones del hombre "distorsionen" un caso en el que lo más importante, apuntó, es encontrar a la joven desaparecida desde el pasado día 22 de agosto.