Al carecer todavía de la contraseña que permita ahondar en el terminal de Diana Quer, desaparecida hace casi tres meses en A Pobra do Caramiñal mientras veraneaba con su familia, los agentes a cargo de su investigación se han puesto un nuevo objetivo en el punto de mira: su acompañante.

Tras dar validez a las declaraciones de varios testigos que aseguraron ver a la joven bajarse y subirse a un vehículo de grandes dimensiones en el que la esperaba una persona con la que presumiblemente se fue, los expertos buscan a este individuo a través de la señal de los teléfonos. A principios de semana, los agentes ya contaban con una lista de los terminales cuya señal fue captada por la antena de telefonía de Taragoña la noche del 22 de agosto, cuando se ve por última vez a la joven. Para dar con este acompañante, los expertos cotejan señales que coincidan en hora y lugar con la de Diana, que la sitúa en las inmediaciones del puerto a las 4.15 de la madrugada. Para que esta vía de investigación sea exitosa, se necesitaría que la persona o personas con las que viajó forzada o voluntariamente llevaran encima otro terminal. "Es un trabajo rutinario en estas investigaciones, que requieren tiempo y también algo de suerte", señalan fuentes de la investigación, que sigue contando con las dos hipótesis iniciales, marcha voluntaria y forzosa.

La aparición del móvil de Diana bajo el puente de la AG-11, en plena Ría de Arousa, todavía no arrojó mucha luz al caso, ya que su contenido sigue siendo un misterio. Pasadas tres semanas desde que un mariscador diera con él, los agentes intenta dar con la clave de acceso para descubrir su contenido y con él pistas claves para la localización de la joven, del que pronto se cumplirán tres meses. Sobre esta desaparición, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, recordó ayer que se trata de un "caso complejo". En su participación en un acto en A Gudiña (Ourense), Villanueva garantizó que la Guardia Civil, tanto desde Madrid como desde Galicia, está "trabajando de forma muy intensa" en "la identificación de personas" y en el "análisis de pruebas".

Por su parte, un programa matinal de televisión apuntó también la posibilidad de que un amigo madrileño de la joven se encuentre en el punto de mira de los agentes. Se trataría de un joven de 19 años ya investigado sin aportar resultados positivos. Tras no ser posible contactar con él desde hace 15 días, ni siquiera haber activado sus redes durante este tiempo, volvió a despertar el interés de los agentes.